El presidente del Gobierno se dirige al Comité Federal del PSOE. / EFE
ESPAÑA

Los socialistas pretenden encumbrar a Zapatero como líder de la izquierda europea

El jefe del Ejecutivo afirma que la crisis actual no cambiará sus principios socialdemócratas

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Apenas hubo debate interno sobre la gestión de la crisis. José Luis Rodríguez Zapatero habló ayer ante el máximo órgano del PSOE entre congresos y los más de 240 integrantes del Comité Federal aplaudieron sin poner peros. Los socialistas han encumbrado al presidente a la categoría de líder «europeo e internacional». Lo que queda es que los demás se lo reconozcan. El secretario general de la federación extremeña, Guillermo Fernández Vara, defendió que el jefe del Ejecutivo ejerza de contrapunto a Sarkozy en Europa. «La derecha ya tiene su líder -dijo- pero la izquierda está coja». José Blanco fue más allá: «Lo han entendido mal», aseguró, porque Zapatero ya es ese dirigente de referencia.

El propio jefe del Ejecutivo defendió su presencia en la cumbre del G-20 como una oportunidad de defender los «valores en los que creemos». Fue, según fuentes próximas al líder socialista, un discurso para consumo interno porque en la conferencia de Washington, Zapatero dejó de lado la batalla ideológica y se enfundó el traje del hombre de Estado pragmático. Aún así, los socialistas asumieron que «la derecha nos ha metido en la crisis y es la izquierda -dijo Blanco- la que tiene que sacarnos».

La misma respuesta

El número dos del PSOE admitió que quizá sea demasiado «taxativo» decir que en Washington se produjo un triunfo socialdemócrata y que Zapatero fue el artífice de la victoria, pero aseguró que en la cuna del neoconservadurismo «todo el mundo» avaló una respuesta a la crisis que coincide con la suya: un Estado «capaz de intervenir para corregir los desequilibrios que se han producido con más dinero y más recursos» y un aumento, según su interpretación, del gasto público. «El G-20 abofeteó las propuestas de Rajoy porque, ha pasado bastante desapercibido, pero él dijo una y otra vez que había que recortarlo», argumentó.

El jefe del Ejecutivo prometió que la crisis no le cambiará y que actuará con la misma «fidelidad» a las señas de identidad del partido; fidelidad «con los trabajadores, los más necesitados, las políticas sociales y la cohesión social».