DIVISIÓN. Algunos jugadores madridistas han dado la espalda a Schuster. / EFE
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El juicio del Bernabéu

Bernd Schuster se encuentra con su primer 'match ball' ante el Recreativo con la seguridad de que se siente respaldado por la directiva madridista

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El ambiente que rodea al Real Madrid sigue enrarecido. El tópico de que los resultados mandan es más real que nunca en la casa blanca. El futuro de Bernd Schuster depende de la benevolencia o inquina con que le despida la afición del Bernabéu hoy tras el partido contra el Recre. Será sometido a un juicio público en su estadio y los directivos estarán con los oídos afinados para escuchar el clamor popular, y en caso necesario, evitar que el descontento se extienda a esferas superiores.

«Tengo el apoyo del club y esto es lo más importante. Estoy tranquilo y con muchas ganas», manifestó el alemán. La comparecencia, de apenas cuatro minutos, resume el estado de ansiedad. En cuanto los periodistas empezaron con preguntas incómodas y el gesto de Schuster se torció, la rueda de prensa se dio por concluida.

El técnico germano no cree que su futuro en el Madrid esté ligado al partido ante los onubenses: «Si fuera por ustedes sí (la prensa), si fuera por el club, a lo mejor aguanto un poco más».

La supuesta mala relación entre ambos fue desmentida también por el alemán. Negó que el montenegrino le obligara a convocar un entrenamiento voluntario después de la derrota en Valladolid y alegó que el directivo nunca se entrometió en su planificación.

Entre sus planes no está dimitir, sino preparar los próximos encuentros.

Por otro lado, la enfermería del Madrid sigue repleta. Fabio Cannavaro regresó del partido con Italia con una contractura muscular en su muslo derecho que le impedirá disputar los dos próximos encuentros. Este contratiempo, sumado a la sanción de Heinze, obligará a Schuster a alinear una defensa de circunstancias.