Un coche de policía custodia las inmediaciones del National Building Museum, donde se celebra la cumbre. /REUTERS.
crisis financiera internacional

Washington se blinda para garantizar la seguridad de los participantes en la Cumbre del Grupo de los Veinte

Los dirigentes mundiales llegan a la capital federal donde se celebrará una cena de gala en la Casa Blanca

WASHINGTON Actualizado: Guardar
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El Servicio Secreto y decenas de agencias policiales, federales y locales mantienen un cerco de seguridad en torno al edificio del siglo XIX en el que los líderes del Grupo de los 20 debatirán hoy y mañana las bases de la economía del siglo XXI.

Aunque todos los servicios de seguridad, los de Estados Unidos y los de sus huéspedes, mantienen la vigilancia ante posibles ataques terroristas, a la policía de Washington le preocupa más la posibilidad de que se lleven a cabo protestas callejeras frente a la reunión, en medio de la peor crisis financiera en ocho décadas.

El despliegue más visible de vigilancia se registra hoy en torno al Hotel Willard y a la Casa Blanca, ambos en la Avenida Pensilvania, así como en los demás lugares en que se alojan los Jefes de Estado y de Gobierno que mañana se congregarán en el Museo Nacional de la Construcción para estudiar la reforma del orden económico creado en 1944 en Bretton Woods.

La operación de vigilancia la dirige el Servicio Secreto -que tiene entre sus misiones la protección del presidente de Estados Unidos- en coordinación con al menos 57 agencias de seguridad, de inteligencia y policía.

Cerrado el tráfico aéreo privado

Desde el anochecer de hoy, mientras el presidente de EEUU, George W. Bush, cena con los demás mandatarios en la Casa Blanca, en la ciudad se suspenderá el funcionamiento de la estación de metro Judiciary Square, cerca del Museo Nacional de la Construcción, un edificio de ladrillos rojos en el que mañana tendrá lugar la cumbre, y se cerrará el tránsito en un perímetro de doce manzanas.

La Dirección Federal de Aeronáutica Civil (FAA, por sus siglas en inglés) ha advertido que desde hoy no deberá haber vuelos de aeronaves privadas en un radio de 48 kilómetros en torno a ese un edificio, una de las obras de arquitectura pública más espectaculares de Washington. Quien no haga caso de esa advertencia y entre en ese espacio aéreo, puede ser interceptado, detenido e interrogado, así como ser sometido a la justicia penal, según la advertencia.

Las autoridades se preparan ante la posibilidad de que con motivo de la cumbre, se produzcan protestas de descontentos con la ayuda financiera que los gobiernos han prestado a los bancos. "La crisis no pueden arreglarla quienes la crearon", dijo en un comunicado el grupo Global Justice Action, uno de los varios que ha convocado a diferentes reuniones y manifestaciones durante los dos días de la cumbre.