Rajoy aboga por «batallar» para que España tenga voz «de forma permanente» en los foros internacionales

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha cerrado con el principal líder de la oposición, Mariano Rajoy, la ronda de conversaciones abierta ayer con los representantes de las entidades financieras y los agentes sociales para preparar la Cumbre internacional que tendrá lugar el próximo sábado.

En un encuentro de menos de una hora y con el Congreso de los Diputados como escenario, ambos líderes políticos han cruzado sus impresiones sobre la línea a seguir en Washington conscientes de la importancia de la cita. Rajoy ha llegado a la reunión con un decálogo de medidas encaminadas a frenar la actual crisis, que Zapatero se ha comprometido a estudiar a fondo.

Como mensaje principal, el líder 'popular' ha defendido que la presencia española no se puede "limitar" sólo a "ir a Washington". A su juicio, hay que asegurar su participación en todos los foros financieros internacionales. "Se tiene que convertir en una situación permanente" porque ésta "es la primera reunión de muchas", ha espetado. ¿La solución? Para el líder del PP está clara: "Dar la batalla". Rodríguez Zapatero está dispuesto y hará lo que esté en su mano para que que así sea. Por ello, el Gobierno está centrando sus esfuerzos en preparar a fondo esta Cumbre.

Ante los principales líderes internacionales, el jefe del Ejecutivo presentará sus propuestas en consonancia con la posición acordada la semana pasada por el conjunto de la UE: reformar el Fondo Monetario Internacional (FMI) para reforzar su papel de supervisión y control del sistema financiero, abordar la situación de los paraísos fiscales o mejorar la regulación de las entidades financieras para hacer frente a la "primera crisis económica mundial".

Para el PP y su líder, es necesario que desde Washington se dé una respuesta "coordinada de manera internacional", al mismo tiempo que las medidas adoptadas para ello defiendan la "libertad económica y de mercado" y contribuyan a que el mercado sirva de "instrumento canalizador del ahorro hacia las familias y las empresas". Todo ello, para paliar los efectos de una 'enfermedad' que atribuye, principalmente, a "los excesos del mercado financiero" y cuya 'receta' es la austeridad en los Presupuestos.