Mariano Rajoy y Miguel Sanz, durante un mitin de la agrupación navarra en Pamplona. / EFE
ESPAÑA

Rajoy y Sanz se dan una tregua para recomponer el pacto entre PP y UPN

La decisión que adopte la formación foral con su diputado díscolo determinará el futuro de la alianza

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Mariano Rajoy y Miguel Sanz enterraron el hacha de guerra y se dieron una tregua para rehacer el pacto entre el PP y Unión del Pueblo Navarro. El líder opositor se comprometió a hacer «esfuerzos» para evitar la ruptura, mientras que el presidente navarro vio «una puerta abierta» en la decisión de los populares de suspender el acuerdo en vez de darlo por finiquitado y sugirió la posibilidad del «reformular» el convenio.

Parece evidente que ni PP ni UPN quieren romper su alianza, pero, al mismo tiempo, ninguno quiere dar la impresión de haber cedido en sus posiciones. Rajoy y Sanz intercambiaron ayer mensajes conciliadores, aunque sus palabras no estuvieron exentas de alguna amenaza. El presidente popular confesó que desea que el pacto siga vivo, pero con «garantías»; es decir que los foralistas acatarán en Madrid la disciplina del PP. Y si no es así, avisó, su partido se presentará en Navarra y disputará el centro derecha a UPN.

Pero el líder de la oposición no quiere que la crisis llegue a ese punto. Subrayó que tiene «voluntad» de recomponer las relaciones y apuntó que la mejor prueba de su disposición es que decidió suspender el acuerdo, que significa abrir un paréntesis para dar una segunda oportunidad a UPN. Otra cosa, precisó en TVE, era romper, pues hubiera supuesto decir que «no queremos saber nada» con la formación navarra.

Sanz también prefirió los paños calientes. Valoró la suspensión del pacto decidida por el PP porque es «una puerta abierta» y deslizó que el desacuerdo surgido en la votación de los Presupuestos -un diputado de UPN votó a favor de la devolución al Gobierno del proyecto, en sintonía con el PP, y otro se abstuvo- no se volverá a repetir. Es, recordó, la primera vez en 17 años que surge una desavenencia de este tipo y «no tiene ningún fundamento» sospechar que sucederá otra vez.

El presidente navarro y también líder de UPN también trufó sus palabras con advertencias. Apuntó que una salida puede ser «una reformulación» del pacto que, avisó, será «mirada con lupa» puesto que los foralistas «no vamos a consentir» que el PP intente borrarnos del «mapa» y convertirnos en una simple «sucursal» suya en Navarra.

Sanciones

El termómetro para medir la aparente predisposición de las dos partes a salvar su acuerdo será la decisión que tomen la dirección de UPN con el diputado Santiago Cervera, quien se saltó a la torera la resolución de su partido de abstenerse. El PP, para allanar el camino, no tomó medida disciplinaria alguna, salvo una multa de 300 euros, con Carlos Salvador, el parlamentario que se abstuvo.

Si UPN expulsa al diputado díscolo, todo se acabó, al menos para el PP, según fuentes de este partido; pero si el castigo no llega a esos extremos, las dos formaciones mantendrán sus puentes de comunicación intactos.

A la vuelta de la esquina habrá otra prueba de fuego para determinar el futuro del pacto. Los Presupuestos, cuando salgan del Congreso irán al Senado, cámara en la que UPN tiene tres representantes. Será, en palabras del portavoz de Economía del PP, Cristóbal Montoro, «el segundo round para el entendimiento».

Los populares volverán a votar en la cámara alta a favor de la devolución de los Presupuestos al Ejecutivo. La senadora María Caballero ha adelantado que respetará la abstención decidida por su partido, mientras que los otros dos, Juan Cruz Pérez Lapazarán y José Ignacio Palacios, guardan silencio. Su voto, no obstante, será con toda probabilidad favorable a las enmiendas a la totalidad, en línea con el PP, ya que ambos, miembros del consejo político de UPN, se opusieron a la decisión de abstenerse.