PRESENTACIÓN. Christian Prudhomme y alberto de Mónaco. / EFE
CICLISMO

El Mont-Ventoux y el cambio de estrategia lanzan el próximo Tour

Sólo habrá 55 kilómetros contrarreloj individual y otros 38 por equipos Los dieciséis equipos del ProTour tienen la participación asegurada

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Colocar una llegada al Mont-Ventoux un día antes de que termine la carrera en París, algo inédito en el Tour de Francia, y trasladar la contrarreloj individual al jueves de la última semana de carrera, que se anuncia complicada, fueron los grandes golpes de efecto en la presentación de la prueba de 2009.

Si en el plano deportivo lo más llamativo de todo es la semana final, aunque no lo único destacable, la mejor conclusión que se puede sacar de la puesta de largo de la prueba es la ausencia total de la palabra dopaje y de cualquier cosa que tuviera que ver con este asunto en los discursos de Jean Etienne Amaury, dueño de la empresa del mismo nombre, y de Christian Prudhomme.

Los cambios que se han producido en ASO, todo un imperio de organizaciones deportivas, y también de medios de comunicación, han traído aire no viciado a las alocuciones que se venían pronunciando en los últimos años. El Tour no olvida lo que le ha sucedido este año y buena prueba de ello es la ausencia en el vídeo de presentación de cualquier tipo de alusión a los corredores que han dado positivo en la prueba y que habían ganado cinco etapas.

En el apartado deportivo lo que más llama la atención es la ascensión al mítico Mont-Ventoux en la penúltima etapa. Prudhomme sigue dándole al Tour alicientes, cambiando muchas de las cosas que parecían clásicas, buscando un mayor espectáculo por un lado, y también una prueba que tenga impacto en televisión. En el Tour de 2009 sólo habrá 55 kilómetros de contrarreloj individual. A los quince del inicio, en Mónaco, que resultarán duros, se unen los 40 de la última crono, que no se celebrará un sábado, como venía siendo habitual, sino un jueves. Vuelve la contrarreloj por equipos, con sólo 38 kilómetros, en la que contarán los tiempos reales. Hay pocos kilómetros en una especialidad que de cara a la televisión no resulta especialmente llamativa.

¿Y la montaña? El Tour comenzará con una incursión en los Pirineos que sólo tiene la llegada a Arcalis como única dificultad.

Hay etapas que pueden resultar nerviosas, las que terminan en Saint-Girons y en Tarbes, pero con sus finales lejos de los altos.

En los Alpes se concentra toda la dureza del Tour 2009, desde la llegada a la localidad suiza de Verbier, pasando por Le Gran Bornand y el Mont-Ventoux, sin olvidarnos del final en Bourg-Saint-Maurice, todo ello con una contrarreloj de 40 kilómetros por medio. Es un Tour que va a resultar mucho más duro de lo que parece sobre el papel, con jornadas de media montaña que no dan la impresión de ser peligrosas pero que pueden complicar mucho la carrera. Si hay que buscar una etapa que pueda considerarse la reina esa es la decimoséptima, con los puertos del Roseland, Saisies, Araches, Romme y La Colombiere, pero más que un día, lo que hay que observar con detenimiento es el panorama que tienen de montaña desde la decimoquinta etapa hasta el final.

Todo lo que hemos comentado va directamente unido a la participación. Lo único que se sabe seguro es que los dieciocho equipos del ProTour tenían asegurada su participación hasta 2010.

Al menos esos son los acuerdos que firmaron. De esos dieciocho grupos, dos ya no existen, el Gerölsteiner y el Crédit Agrícole. Ni existen, ni tienen continuidad, algo que no le sucede al Saunier Duval, cuya licencia servirá para formar otro equipo profesional.