CITA EN CAMP DAVID. Sarkozy, Bush y Durao Barroso se saludan en su encuentro del sábado. /AFP
Economia

Las potencias económicas abordan una respuesta mundial coordinada a la crisis

El presidente de Estados Unidos será el anfitrión de la primera de una serie de cumbres, a las que asistirán los miembros del G-8 y países de economías emergentes como China e India

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Los presidentes de Estados Unidos, George W. Bush, y de Francia, Nicolas Sarkozy, anunciaron este fin de semana su intención de convocar una cumbre financiera mundial que se celebrará en Estados Unidos, posiblemente antes del fin de noviembre, con el fin de abordar de forma coordinada una salida a la crisis financiera que asola los mercados del planeta desde hace meses. El anuncio fue realizado en Camp David, donde se celebró un encuentro entre el mandatario estadounidense, el actual líder de la UE y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.

Tanto Bush como Sarkozy y Barroso incidieron tras la reunión en la necesidad de encontrar una respuesta común ante los acontecimientos históricos que se están viviendo. En realidad, se tratará de varias cumbres sucesivas, en las que la primera buscará alcanzar «un acuerdo en los principios de reforma necesarios para evitar que se vuelva a repetir lo ocurrido y así asegurarse la prosperidad global en el futuro». El resto de encuentros tendrán fines más específicos sobre las medidas a implementar para lograr dichos objetivos comunes.

Durante las últimas semanas, los distintos mandatarios europeos habían hecho presión ante la imperiosa necesidad de convocar una reunión de emergencia entre las naciones más adineradas del mundo, conocidas como Grupo de los Ocho (G-8), al que se unirían otros países como China o India, para debatir sobre los sistemas regulatorios financieros de todo el mundo. Así, se revisarían las normativas tanto de los países desarrollados como de los mercados emergentes.

Por primera vez en un proyecto de este calado, los dos países orientales citados participarían con voz propia, no en vano son dos potencias económicas emergentes de primer orden que concentran a más de un tercio de la población mundial.

Empezar por casa

A su llegada a Camp David, el retiro vacacional del mandatario estadounidense en el estado de Maryland, Bush dejó claro a sus colegas europeos que la primera tarea consiste en estabilizar los mercados financieros «en nuestros propios países». A ello añadió que «dado que el mundo jamás había estado tan interconectado» es esencial que todos los países trabajen juntos porque «estamos todos en la misma crisis».

Bush hizo hincapié en que cualquier decisión conjunta que se lleve a cabo debe velar por el mantenimiento del sistema de libre mercado, que debería salir reforzado en cierta medida. «Es esencial que preservemos los fundamentos democráticos del capitalismo», sentenció. Por su parte, tanto Sarkozy como Barroso, en comunicados separados, agradecieron al mandatario norteamericano su decisión de ofrecerse a acoger la primera cumbre. «Queremos trabajar codo con codo con los americanos para crear el capitalismo del siglo XXI», aseguró Sarkozy.

Cabe recordar que en septiembre Sarkozy afirmó que era «necesario reconstruir todo el sistema financiero y monetario mundial desde abajo, como se hizo en Bretton Woods, tras la Segunda Guerra Mundial». En julio de 1944 se firmó un acuerdo en esa localidad, New Hampshire, que estableció nuevas normas para las relaciones comerciales y financieras entre los principales países industrializados.

Por su parte, el presidente de la Comisión Europea insistió en que «es necesario alcanzar un nivel de cooperación sin precedentes».

El presidente galo apuntó que, dado que el epicentro de la debacle financiera se encuentra en Nueva York, quizás el primer encuentro se produzca en esta ciudad, probablemente a finales de noviembre. El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, ofreció ayer la sede de la ONU en Manhattan para acoger las primeras conversaciones.

Supervisión estricta

Sarkozy y Barroso presionaron a Bush durante su encuentro el pasado sábado sobre la necesidad de acordar una agenda en el G-8 que abogue por una regulación mucho más estricta y que fortalezca la supervisión de las entidades financieras de todo el mundo. Se insistió en la necesidad de crear un sistema de «alerta adelantado» que advierta sobre posibles peligros. Además, se apostó por otras cuestiones importantes como cambios de regulación para los hedge funds, nuevas normativas para la agencias de calificación, imponer controles a los salarios de los ejecutivos y fijar límites a paraísos fiscales como las Islas Caymán o Mónaco.

En este sentido, el primer ministro británico, Gordon Brown, ha esbozado durante las últimas semanas un plan a través del cual pretende reforzar la supervisión del sistema financiero de todo el mundo. Según su parecer, las 30 entidades bancarias más importantes del planeta deberían someterse al escrutinio de un panel internacional de reguladores, integrado por personas de países en los que dichos bancos mantienen operaciones.

En la reunión mantenida en Camp David también estuvieron presentes el secretario del Tesoro, Henry Paulson, y la ministra de Economía y Finanzas francesa, Christine Lagarde. El portavoz de la Casa Blanca, Tony Fratto, explicó posteriormente al encuentro que era razonable pensar que la primera cumbre podría celebrarse en noviembre, aunque «no necesariamente en Nueva York», especificó. Ante las preguntas de los periodistas dijo que era demasiado «prematuro» adelantar dónde se celebrará el segundo encuentro de esta iniciativa.

El presidente galo señaló que los líderes de la UE tenían previsto viajar a Asia esta misma semana para debatir el tema de la crisis. Asimismo, los ministros de Finanzas del grupo de los veinte (G-20) tienen un encuentro del 7 al 9 de noviembre en Brasil, pero aún no se ha declarado si esta reunión estará relacionada con la cumbre financiera. El G-20 está compuesto por los ocho países más industrializados del mundo (G-8), es decir, EE UU, Canadá, Italia, Alemania, Reino Unido, Francia, Japón y Rusia, más Argentina, Australia, Brasil, China, India, Indonesia, México, Arabia Saudí, Sudáfrica, Corea del Sur, Turquía y la Unión Europea.