TÉCNICA. Rafa Trujillo no tiene contrincante en España. / LA VOZ
VELA CLASE FINN

«Sigo enfadado por lo de Pekín»

Rafa Trujillo ganó su noveno campeonato nacional en Santa Pola el pasado fin de semana, pero no olvida el disgusto que supuso no conseguir una medalla

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Rafa Trujillo no tiene rival en España. Su última demostración la realizó en el Club Náutico de Santa Pola (Alicante) durante el pasado fin de semana. Disputó ocho mangas, ganó otras tantas y consiguió el noveno campeonato nacional de su vida deportiva. Una victoria que, sin embargo, tiene un mérito relativo para una deportista tan competitivo y ambicioso como es el medallista olímpico.

Su superioridad en la clase Finn en el panorama nacional contrasta con su inesperado mal papel en los Juegos Olímpicos de Pekín celebrados el pasado agosto. Tras lograr el metal más preciado en Atenas'2004, el deportista de La Línea preparó la nueva cita olímpica sin reparar en esfuerzos, pero el resultado no se acercó al podio. «Trabajamos muy duro, pero nos cogió el toro con la adaptación. Perdí mucho peso, el que más perdió de forma proporcional, pero había gente pequeña que también perdió mucho y eso no lo esperábamos. La gente se la jugó a muerte y me salió mal. Aún estoy enfadado por lo Pekín y sólo quiero prepararme para Londres», explica el regatista gaditano.

Nuevos problemas

La falta de una medalla en China, obligará a Trujillo a entrenar con menos recursos económicos (ya que las becas del Ministerio de Deporte van acorde a los resultados conseguidos). Aunque eso no le asusta. «En Pekín me faltó viento, pero sé que estoy en buena forma. Ahora, tengo que conseguir mantenerme. He descubierto que pesando poco puedo luchar mejor por los campeonatos y eso es una ventaja. Ya competí una vez, hace mucho tiempo, en Inglaterra y me gustó mucho. Al menos, hay más viento que en China», ríe el regatista de La Línea.

Respecto a la victoria en Santa Pola, Trujillo está satisfecho, pero es consciente de que sólo es un paso más en el camino para conseguir sus verdaderos objetivos. «Son campeonatos en los que se va a perder y no a ganar. Si gano no pasa nada, pero si pierdo, el golpe es muy duro y es un desastre. Así, que la victoria sólo sirve para quitarme un poco el sabor amargo de lo que ocurrió en los Juegos», asegura Trujillo, que descansará un poco antes de participar en su próxima regata, allá por principios del próximo mes de diciembre.