Un hombre observa cerdos en un agromercado de La Habana. / EFE
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Cuba se dispone a pasar hambre tras ser arrasada por los huracanes Castro no acepta «limosnas»

La destrucción causada por los ciclones ha provocado que haya pocos alimentos, de mala calidad y con precios muy altos

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Los huracanes Gustav e Ike arrasaron a su paso por Cuba cosechas de vegetales, frutas y tubérculos; así como muchas granjas avícolas y porcinas. Por eso el Gobierno y numerosos expertos auguran «seis meses duros». Con mercados semivacíos, productos de mala calidad y caros y rumores sobre subidas de precios de productos básicos, sumados al aumento de hasta el 87% de los combustibles. Las pérdidas causadas por los ciclones ascienden a 4.000 millones de euros, según cifras oficiales, aunque algunos estiman que podrían duplicarse.

Los datos ofrecidos por el Ministerio de Agricultura confirman los peores temores ante lo que se avecina. Éstas son algunas muestras: 113.639,5 hectáreas de cultivos varios destruidas, 60.000 toneladas de cítricos; 2.548 instalaciones pecuarias, 1.903 cabezas de vacuno muertas, 1.824.764 litros de leche perdidos, 1.114.735 aves de corral muertas, 1.245.300 huevos perdidos y 26.500 cerdos que ya no podrán servir de alimento.

El efecto se sintió de inmediato en los mercados estatales, llamados topados porque aplican precios fijados a la baja por el Gobierno: los pocos productos puestos a la venta estaban en muy malas condiciones. En los agromercados, surtidos con excedentes de lo que obligatoriamente los campesinos venden al Estado, los precios se dispararon hasta niveles al alcance de muy pocos bolsillos.

En el barrio de El Vedado se halla una de las llamadas boutique de los agros. En ella, la libra de tomate (algo menos de medio kilo) subió de 15 a 25 pesos cubanos (de 0,45 a 0,74 euros) y las cebollas de 10 a 20 (0,30 a 0,60). La malanga, alimento base en las comidas de niños y ancianos, se duplicó. «Figúrese, un paquete de frijoles a 20 pesos», clamaba un ama de casa. Y es que ese precio supone al cambio unos 60 centavos de euro, que representan el 5% del salario medio.

Un comprador se quejaba también ante las cámaras de la televisión estatal: «No se puede con estos precios. Una dieta balanceada te saca de balance». Desde la prensa oficial se denuncian los abusos de los intermediarios. El ex presidente, y convaleciente, Fidel Castro, en una de sus últimas reflexiones, ya cargaba contra los «especuladores y revendedores», al tiempo que llamaba a combatir la corrupción y el robo de recursos. Dice un refrán que «El hombre propone y Dios dispone». Eso parece haber pasado en Cuba, cuyo Gobierno no acepta presiones «ni limosnas», como recordó ayer Fidel Castro.

El presidente, Raúl Castro, se propuso realizar «cambios estructurales y de concepto», que la situación económica mundial aparcó. Hoy Cuba necesita como nunca de la ayuda internacional, aunque rechaza la de EE UU y la Unión Europea, salvo en los casos de España y Bélgica. Ayer, Fidel Castro defendía la negativa en su última reflexión. Calificó de «hipócrita» la oferta estadounidense. Destacó a Venezuela, «el país que más solidario ha sido con nosotros». Agradeció los aportes de «Rusia, Angola, Vietnam, China y otros países con más y menos recursos».