Yúshenko besa la mano de Timoshenko al formar gobierno. / AP
MUNDO

Viktor Yúshenko y Timoshenko rubrican su divorcio político

La rotura de la coalición obligaría a Ucrania a acudir a las urnas

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Pasados los 10 días que establece la ley desde que se anunció la ruptura de la coalición gubernamental en Ucrania, ayer se formalizó oficialmente el divorcio. El bloque que dirige la primera ministra, Julia Timoshenko, y la formación Nuestra Ucrania-Autodefensa Popular, cuyo líder es el actual presidente del país, Víctor Yúshenko, han vuelto a regañar. Si en un plazo de 30 días no se forma una nueva mayoría parlamentaria, Yúshenko disolverá la Rada (el Parlamento unicameral ucraniano) y convocará nuevas elecciones.

Así se lo hizo saber a los diputados el presidente de la Rada, Arseni Yatseniuk. Timoshenko seguirá siendo primera ministra hasta que surja un nuevo ejecutivo, ya sea fruto de un acuerdo alcanzado en el seno de la Cámara en el mes que hay de plazo para ello o como resultado de unos nuevos comicios. El presidente ucraniano y su primera ministra, que dirigieron juntos aquella Revolución Naranja que tantos dolores de cabeza causó en Moscú, no es la primera vez que se pelean. Yúshenko ya la apeó de la jefatura del Gobierno en 2005, cuando llevaba en el cargo sólo unos meses.

Los dos dirigentes, partidarios ambos del ingreso de Ucrania en la UE y la OTAN, sellaron la paz el año pasado. Yúshenko disolvió la Rada en abril del 2007 y las elecciones se celebraron el 30 de septiembre, hace casi un año. El presidente ucraniano y Timoshenko obtuvieron juntos una exigua mayoría, pero suficiente. Todo iba más o menos bien hasta que afloraron los celos y las desavenencias por problemas de protagonismo. Las próximas presidenciales está ya a la vuelta de la esquina (2010) y tanto Yúshenko como la dama naranja se proponen presentar su candidatura.

La actual crisis estalló el pasado 2 de septiembre, Timoshenko unió sus votos a los del Partido de las Regiones, dirigido por el prorruso, Víctor Yanukóvich, para posibilitar la aprobación de una ley que recorta los poderes de Yúshenko. Yanukóvich fue el enemigo contra el que se alzó aquella marea naranja que invadió las calles de Kiev en noviembre de 2004.

Entendimiento

Pero, pese a las heridas abiertas, el máximo dirigente ucraniano y su seductora aliada están condenados a entenderse. Acudir otra vez por las urnas les pasaría factura a ambos. Yanukóvich, cuya formación fue la más votada hace un año, podría aumentar aún más su ventaja.

Una fórmula así cerraría a la actual primera ministra su carrera hacia la presidencia y eso que ella es la más favorecida por las últimas encuestas. En unos comicios presidenciales, Timoshenko obtendría un 25% de los votos frente a un 20% Yanukóvich y menos de un 8 Yúshenko. Sin embargo, el resultado en el caso de unas legislativas, sobre todo teniendo en cuenta que las anteriores tuvieron lugar hace sólo un año, podría ser no tan halagüeño. Desde Rusia, que necesita apoyos en su actual pugna con Occidente, se observa la jugada con especial atención.