«Las chicas aman la maldad del 'Duque'»

Esta noche llega a Telecinco la segunda temporada de Sin tetas no hay paraíso, la serie revelación del pasado curso, que logró fidelizar a cinco millones de espectadores. Miguel Ángel Silvestre (Duque) es el protagonista y por quien suspiran millones de adolescentes. Catalina (Amaia Salamanca), tras la muerte de su hermano a manos del Duque, se dejará llevar por sus deseos de venganza y él intentará recuperar su cariño... ¿Quién de los dos conseguirá su objetivo?

-¿Cómo afronta esta segunda temporada?

-Aunque parezca mentira, con mucha más tranquilidad. El bombazo de la primera fue algo inesperado. De todo esto se aprende una lección: hoy hay cinco millones de espectadores viéndote por televisión; hace unos días, cinco mil personas llenando un pabellón; y cuatro horas más tarde puedes estar solo en el sofá de casa.

-¿Está viviendo uno de sus mejores momentos profesionales?

-La fama es algo muy frágil que te sube con la misma facilidad con la que te deja en la cuneta. Hay que vivir el momento y disfrutarlo, pero soy de la opinión de que, por muy bien que hablen de ti, nunca tienes que desconectar de tu mundo. Estar con los míos y, sobre todo con mi madre, es mi mejor aliciente.

-¿Asustado por el éxito?

-Ya le digo que la fama es pasajera. Vivo y disfruto el momento, pero siempre sabiendo el terreno que piso. Además, me siento muy afortunado, ya que en todo momento cuento con la ayuda, el apoyo y el respaldo tanto de la productora como de Telecinco.

-¿Qué cree que ha visto la audiencia en Duque, su personaje?

-Las chicas aman la maldad de Duque porque sueñan con redimirlo. Soy el malo, pero todos creen que en el fondo pueden llevarme por el buen camino. Cuando leí el guión de Sin tetas... una de las cosas que más me gustaron fue que mi personaje no es lineal, sino que tiene una trayectoria.

«Humano y vulnerable»

-¿Hacia el lado bueno?

-Eso es material secreto. La audiencia va a tener la posibilidad de verme un poco más humano y vulnerable. Y hasta aquí puedo leer.

-¿No me diga que ese bloque de hielo se va a descongelar!

-Si sólo me quedara en lo malo la audiencia no vería la evolución de mi personaje. No hay que olvidar que sigo siendo un narcotraficante y no una hermanita de la caridad. Eso no quita que trate de exteriorizar mi lucha entre mi cabeza y lo que me dicta el corazón.

-¿Lo suyo con Duque es una relación de amor o de odio?

-Odio, nunca. Siempre de amor. ¿Cómo puedo odiar a un personaje que no deja de darme satisfacciones? A pesar de ser el malo, es imposible no quererle.

-Dicen que la televisión y los medios en general están para dar ejemplo. Sin embargo son los malos los que se llevan todos los halagos.

-De todo se aprende una lección. De las cosas malas, y de las buenas. No todo el mundo es malo, y hacer juicios de valor me parece todo un atrevimiento. Soy de la opinión de que a este mundo vienes a aprender y esta serie te muestra a una amplia gama de personajes que tratan de conseguir sus sueños, aunque a veces tengan que pasar auténticas pesadillas.