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El aumento de la temperatura y la contaminación disparan las alergias

Los alergólogos alertan de que el repunte de los niveles de ozono tiene que ver con el aumento de los casos de asma

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Cádiz es una de las provincias con el aire más contaminado, sobre todo en los meses de verano, con la mayor afluencia de vehículos y la subida de las temperaturas. Así lo recogen las mediciones de las 30 estaciones de control, de las que nueve se encuentra en el municipio de San Roque. Esta situación favorece que cada año aumente el número de pacientes que llegan a las consultas de Urgencias con problemas respiratorios y de asma, muchos de ellos sin antecedentes previos.

El principal problema hasta ahora han sido las partículas en suspensión, las llamadas PM10, pero cada vez se habla más del ozono troposférico y sus efectos nocivos para la salud. Se trata de un agente oxidante que, si se inhala en dosis elevadas, puede causar daños en el epitelio y los bronquios. Sin duda, el aumento progresivo de las temperaturas que se prevé con el cambio climático generará un incremento de los niveles de ozono.

El doctor Antonio León, director de la Unidad de Gestión Clínica de Neumología y Alergias del Hospital Puerta del Mar, insiste en que este gas «puede causar daño en las vías respiratorias facilitando la penetración de pólenes y otros antífenos que aumentan las alergias». De hecho, «se ha demostrado que en los picos de mayor contaminación por estos agentes, aumenta el número de enfermos con problemas respiratorios», señala el especialista.

Alergias comunes

Los colectivos más vulnerables en atmósferas sucias son los niños y los pacientes con enfermedades crónicas, que habitualmente suelen ser ancianos. Los pequeños «tienen un sistema respiratorio e inmunológico en desarrollo y durante esta etapa están más expuestos a todos los agentes externos», recuerda el doctor León. Las consecuencias de una mala calidad ambiental en estos usuarios son distintas si se trata de una provincia costera o de interior. La diferencia fundamental radica en la estacionalidad. Mientras que las altas concentraciones de polen en el interior suelen aparecer en primavera, en zonas de litoral como Cádiz los síntomas alérgicos se repiten durante todo el año debido a la humedad, aunque se manifiestan con menor intensidad.

Según el neumólogo, la sintomatología más frecuente en la costa son cuadros de rinitis y asma por los ácaros, que se desarrollan bien con niveles altos de humedad y temperaturas templadas. Éste es el caso más común en la provincia, mientras que en el interior las alergias vienen fundamentalmente por concentraciones de polen de olivo y gramíneas salvajes.

La contaminación por otros gases como el dióxido de nitrógeno que emiten los coches, también tienen mucho que ver con los problemas respiratorios. Éste en concreto afecta a los tramos más profundos de los pulmones e inhibe las funciones inmunológicas, lo que reduce el nivel de defensa ante las infecciones.

Frente a esta situación, el especialista aboga por una mejora de la calidad atmosférica en las ciudades. «Debemos realizar un empleo juicioso de la energía y reducir el uso del vehículo privado», mediante un fomento del transporte público y un cambio en la concienciación de los usuarios para sus propios desplazamientos. Los efectos comienzan a ser ya patentes y a largo plazo una contaminación continuada en el aire traerá consigo cambios en el calendario de concentración de polen y la reducción de la estación de lluvias, lo que «repercutirá negativamente en los pacientes alérgicos que tendrán síntomas más duraderos y molestos». También influirá en otras afecciones de tipo cardíaco y en enfermedades de la piel, con casos de envejecimiento prematuro.