SEGURA. La selección española mostró su superioridad en la segunda parte del encuentro. / EFE
SELECCIÓN NACIONAL

La España de Vicente Del Bosque arranca con el triunfo más amargo

Los españoles afrontaron el partido con el lastre del accidente de Barajas y, pese a la falta de ánimo de los jugadores, ganaron en un complicado encuentro

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Son campeones y lo demostraron en el Parken de Copenhague. En el estreno Vicente Del Bosque, acertadísimo al introducir tras el descanso a Xabi Alonso y adelantar a un inmenso Xavi, los españoles vencieron a los animosos daneses pese a estar rotos por el dolor, por la tragedia de Barajas, y tener mucho menos ritmo de competición.

Una jugada extraordinaria entre Xavi, Torres y Alonso, un certero disparo de rosca del cerebro azulgrana y un medido centro de Capel que empalmó el tolosarra del Liverpool marcaron diferencias en la reanudación, cuando los nórdicos perdieron fuelle y dejaron de presionar. Amorebieta y de nuevo Bojan, se quedaron sin debutar.

El cuerpo no estaba precisamente para alegrías. El recuerdo de los cerca de 150 muertos invadía la mente de todos. Ciertamente, jugadores, técnicos y dirigentes estaban más pendientes de conocer la última hora de la catástrofe que del balón. A lo largo del día, la Federación Española realizó alguna gestión para aplazar la cita, pero al final se acordó jugar. Si el fútbol es un estado de ánimo, en días así el balompié sobra.

Como mostró en la víspera, Del Bosque apostó de inicio por el once campeón de Europa con dos novedades: las lesiones de Marchena y Cesc fueron cubiertas por Albiol y Villa.

Sobre el papel, más juventud y menos contundencia atrás, más poderío arriba y menos presencia en la zona centro del campo, la zona de creación donde la España de Luis Aragonésfraguó su más que sonado éxito.

De tiralíneas

Con más ritmo, más ímpetu y más necesidad de mostrarse, los daneses fueron mejores en el primer tiempo. A excepción de esa persecución a Xavi, poco ayudado en la construcción por Senna e Iniesta, fueron fieles a su estilo. Buen trato del balón, movilidad y rupturas por banda. Dispusieron, incluso, de tres excelentes ocasiones.

No pintaba bien el partido pero Del Bosque lo leyó de maravilla al efectuar los primeros cambios. Y demostró, como suele ocurrir, que no por tener más delanteros se ataca mejor. Introdujo tras el descanso a Xabi Alonso, abrió el campo con Capel y, sobre todo, adelantó a Xavi. Y así, en un visto y no visto, en un tiralíneas perfecto, llegó el 0-1. Xavi envía en profundidad a Torres, el Niño deja sentado a su defensor y, en lugar de tirar, levanta la cabeza y se la deja atrás a Xabi Alonso, que la clava sobre la marcha. Un golazo de campeones que destrozó a los daneses. A partir de ahí y pese al típico carrusel de cambios de estos partidos, fue coser y cantar. Xavi sentenció el choque tras un soberbio control y Alonso puso la guinda. El fútbol siempre fue una válvula de escape pero anoche no había lugar para la alegría.