CÁDIZ

«Esto me recuerda al 11-M», confiesa el jefe de ambulancias

Los primeros en conocer la magnitud del desastre fueron los trabajadores del aeropuerto y los servicios de emergencias. No hay palabras para describir lo que vieron José Antonio y Antonio, un padre y su hijo empleados de Barajas. Se encontraron «con gente muerta en el río, personas carbonizadas, a un piloto», al que identificaron por los galones, y a «una azafata morena muerta». En medio de «un silencio total», comenzaron a asistir a los heridos. A hacer lo que buenamente estaba en sus manos.

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

«Íbamos con las camillas y con los que no se podía hacer nada, los íbamos dejando», explicó José Antonio. Los dos trabajadores, vecinos de Paracuellos del Jarama, pudieron hablar con dos mujeres. Una, en apariencia británica y de unos 50 años, y otra de origen colombiano, que preguntaba con insistencia: «¿Dónde está mi hijo?»

La zona del desastre es de difícil acceso, en mitad de un arroyo arbolado. Un trabajador de Aena lo describió así: «La cola del avión estaba separada del resto. He visto un gran cráter».

Ervigio Corral, jefe de coordinación del SAMUR, fue otro de los primeros en acudir. Curtido en otras tragedias, no pudo evitar estremecerse: «Había grandes quemados, niños... Aquello me recordaba un poco lo que sucedió el 11-M».

Uno de los guardias civiles desplazados explicó que «no quedaba nada parecido a un avión» porque estaba « todo quemado». Los agentes también colaboraron en la retirada de los cuerpos, una tarea dura como pocas les ha tocado. «Los cadáveres estaban hirviendo, nos hemos quemado al tocarlos».

En esta sucesión de terribles sensaciones, Miguel Ángel Sánchez, jefe de la dotación de bomberos, destacó las complicaciones del trabajo. «Hemos rescatado a las víctimas que hemos podido. Accidentes de esta envergadura te dejan muy marcado», admitió.