Tanques georgianos destruidos llenan las calles de Tsjinvali, la capital de Osetia del Sur. /EFE
guerra en el 'avispero del Cáucaso'

Rusia rechaza el alto el fuego y despliega más tropas en territorio georgiano

El Ejército ruso lanza una operación terrestre "preventiva" en el oeste de Georgia, muy lejos de la separatista Osetia del Sur

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Georgia ha firmado ante las cámaras de su televisión un alto el fuego unilateral que han trasladado a Moscú los ministros de Exteriores de Francia y Finlandia. La respuesta de Rusia ha llegado en forma de una nueva ofensiva "preventiva" muy lejos de Osetia del Sur. Las autoridades de Moscú sostienen que su objetivo es impedir nuevos ataques georgianos contra esa zona.

El ministerio de Defensa ruso anunció que la operación la llevan a cabo cerca de la ciudad de Senaki, al oeste de Georgia, los "cascos azules" rusos para el mantenimiento de la paz que ayer han sido reforzados con 9.000 soldados y 350 equipos militares.

Antes ya había denunciado el Ministerio del Interior georgiano que las tropas rusas habían avanzado 40 kilómetros desde la región separatista de Abjazia hasta territorio propiamente georgiano y fuera de la llamada zona de seguridad a lo largo de la frontera 'de facto'. Georgia también ha informado de que sus tropas han abandonado Gori y se reagrupan para defender Tiflis, la capital.

Rusia señala a Estados Unidos

La tensión sigue en aumento, como demuestran las últimas declaraciones del presidente georgiano, Mijaíl Saakashvili, que ha acusado a Rusia de buscar un "cambio de régimen" político en Georgia y de intentar ocupar militarmente el país caucásico. "El objetivo de Rusia es el cambio de régimen en Georgia. Estamos ante un proceso de ocupación", ha señalado Saakashvili en rueda de prensa. En otra comparecencia horas después, tras admitir que las tropas rusas han cortado la comunicación entre el este y el oeste de su país, el mandatario ha acusado a Rusia de querer destruir Georgia. "Han salido a la arteria central y cortado el este del oeste. Es la ocupación de Georgia, la destrucción de Georgia", ha apuntado durante una reunión del Consejo Nacional de Seguridad transmitida por la televisión local.

La respuesta rusa no ha tardado en llegar: el portavoz adjunto del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Boris Malajov, ha asegurado que su país no está planeando el derrocamiento del presidente de Georgia y ha desmentido que sus tropas hayan ocupado la localidad georgiana de Gori, a 60 kilómetros de Tiblisi. "Es pura desinformación", apuntaba, al tiempo que aprovechaba para criticar el papel que está jugando Estados Unidos en este conflicto. "El embajador de Estados Unidos ante la ONU llegó al extremo de afirmar que Rusia prepara un cambio de régimen en Georgia", le ha reprochado.

Menos diplomático ha sido Vladímir Putin, primer ministro ruso, que ha acusado a EEUU y otros países occidentales de "cinismo" y de entorpecer las acciones de Rusia. Para Putin, las gestiones internacionales no sólo "no cambiarán nada" sino que suponen un "movimiento en el sentido contrario al de arreglo de la situación".

No al alto el fuego

Con la nueva ofensiva en territorio georgiano, Moscú ha dicho 'no' al documento de alto el fuego que había firmado el presidente georgiano. Una rúbrica ante las cámaras de televisión que coincidía con una declaración de las autoridades surosetas acusando al Ejército de Georgia de continuar atacando Tsjinvali, la capital osetia.

Mijaíl Saakashvili firmaba el documento unilateral en presencia de los ministros de Exteriores de Francia, Bernard Kouchner, y Finlandia, Alexander Stubb. Según la televisión georgiana, que ha ofrecido imágenes del momento de la firma, el documento iba a ser trasladado a Rusia por Kouchner y Stubb. Antes de que emprendieran viaje ya se conocía la respuesta rusa.

Moscú no acepta ese alto el fuego, que ha llegado, según el presidente Dmitri Medvédev, cuando "ha concluido gran parte" de la operación militar para "forzar a las autoridades georgianas a firmar la paz" en la región separatista de Osetia del Sur. "Tsjinvali (capital suroseta) está bajo control del reforzado contingente de paz ruso", ha asegurado Medvédev en una reunión con el ministro de Defensa, Anatoli Serdiukov.

Siguen los enfrentamientos

Rusia sigue firme en el ataque y ha bombardado en las últimas horas instalaciones de radar en la capital georgiana y otras localidades, según fuentes oficiales. Para añadir más tensión al conflicto, los dirigentes de las dos regiones separatistas -Osetia del Sur y Abjasia- han anunciado que se dirigirán a la comunidad internacional para que reconozca su independencia de Georgia.

Osetia del Sur y Abjasia ya se dirigieron a principios de marzo pasado a la ONU, Unión Europea, OSCE y otras organizaciones internacionales, poco después de que Kosovo proclamara su independencia (17 de febrero). Este paso kosovar fue interpretado por las autoridades separatistas abjasas y osetas como un precedente para su secesión de Tiflis. Ambas repúblicas, autoproclamadas pero no reconocidas por la comunidad internacional, rompieron lazos con Georgia a comienzos de los años 90 tras sendas guerras civiles, en las que contaron con ayuda de Rusia.

Ahora Rusia ha aumentado su contingente en Abjasia a 9.000 paracaidistas y 350 blindados y ha enviado miles de soldados con centenares de tanques y varios lanzacohetes a Osetia.

Gestos de la diplomacia internacional

La diplomacia internacional sigue buscando en el seno de Naciones Unidas una salida al conflicto, pero los esfuerzos por aunar posturas para aprobar una resolución que llame al alto el fuego siguen chocando con la negativa de Rusia.

La Comisión Europea ha pedido a Moscú que pare de inmediato "toda actividad militar" en territorio georgiano y ha recalcado su apoyo a los esfuerzos diplomáticos para lograr una solución al conflicto, sobre la base del "respeto absoluto a la soberanía de Georgia y a su integridad territorial". Rusia ha hecho oídos sordos.