ALEGRÍA. Hamilton celebra la pole junto a Kovalainen y Felipe Massa. / EFE
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Barra libre para Lewis Hamilton

El inglés de McLaren paladea su momento dulce con una 'pole' en Hungría que espera usar como llave para ganar Fernando Alonso marca la séptima mejor vuelta

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Los viernes sirven para alimentar las especulaciones de cara a los sábados. Las calificaciones, salvo para quien se hace con la pole, retrasan el debate a la carrera dominical. Así son las cosas en una F-1 que lo único que tiene claro esta temporada es que serán tres los aspirantes a su asalto final. Quien llega con más carrerilla es Lewis Hamilton. Ayer fue el más rápido y eso es mucho en un trazado como

Hungaroring donde los pilotos apelan al tópico. «Sucio, estrecho y lento» son los adjetivos que más se repiten para definir los 4,3 kilómetros de este autódromo ubicado en el área de influencia de Budapest donde para adelantar hay que hacer uso del pit lane. El británico aspira a su primer hat trick que incluiría un demoledor efecto paralizante en las huestes ferraristas.

Como si de una señal se tratara, la jornada no comenzó bien para el equipo italiano. Nueve y media de la mañana en la autovía de acceso al circuito. Una inesperada caravana alerta a los moradores del paddock. Un accidente obliga a un helicóptero medicalizado aterrizar en pleno carril derecho de la ruta provocando el caos. Una furgoneta sin distintivos llega a la altura de dos Piaggio con los colores ferraristas. Del vehículo descienden Felipe Massa y su representante, Nicolas Todt, que se enfundan sendos cascos y siguen en dos ruedas, culebreando entre la retención, camino de la reunión del equipo, que ya debía haberse celebrado para la planificación del día.

No afectó a la jornada decisiva de la calificación. Pero mientras en McLaren parece que se ha alcanzado una paz real y un ambiente de trabajo ideal (aunque la Prensa británica refresque la memoria histórica sin cesar, hurgando en la herida que acabó empozoñada en las carnes de Alonso un año atrás), en el mundo rojo del cavallino no se perciben paladas sincronizadas en la embarcación. Con y sin aletas de tiburón, branquias y demás modificaciones aerodinámicas, los Ferrari se han quedado rezagados.

Lo están desde hace unas carreras. Massa fue más pulcro que Raikkonen, que reconoció un error de volante en la Q3 como explicación a su sexta posición, en el que ya es un duelo dos contra uno con Hamilton por el título de pilotos.

Hay que descartar de la reyerta por el botín final a BMW. Tras la histórica victoria de Kubica en Canadá es como si la fuerza ya no

acompañara a los protegidos de Theissen, pese a los dos segundo puestos posteriores de Heidfeld. El polaco no rodó fino, aunque reaccionó a tiempo para ser cuarto, y el alemán se quedó en la primera criba, molestado en su última vuelta posible por Bourdais, que acabó sancionado con la pérdida de cinco puestos.

Ubicados en la parrilla los McLaren en la primera fila y los Ferrari salteados entre el tercero y sexto puestos, Timo Glock se llevó la honores del meritorio de cada fin de semana de carrera. Su Toyota flirteó con partir desde posiciones aún más adelantadas que la fantástica quinta plaza que acuñó en Hungaroring, su mejor calificación en la F-1.

Y queda la actualidad de Renault como capítulo residual en el reparto de puestos. Alonso se quejó de ser estorbado en la Q1 por Nakajima, pero los comisarios declinaron intervenir. El talante del ovetense a la conclusión invitaba a pensar que oculta un as en la manga. Todo el trabajo de adecuación lo había hecho su equipo la víspera y el sábado pareció más dedicado a no estropear nada y preservar energías y material de cara a un domingo en el que como no arranque bien (sale séptimo) lo puede pasar realmente mal para segurar su sexta entrada del año en los puntos.

Su existencia está, ahora, a una distancia sideral de la pareja deportiva de la que empezó a separarse justo hace un año en este mismo lugar. Hamilton, a lo suyo, gana enteros como candidato al título. En 2007 ya supo soportar la presión, enorme, que vivió al salir primero tras la sanción que llevó a Alonso de la pole a la sexta plaza. Nada apunta a que hoy no pueda hacer lo mismo.