DISPOSITIVOS. Interior del centro de salud mental de Jerez. / LA VOZ
Ciudadanos

Cuatro de cada cinco enfermos mentales viven con su familia por la falta de plazas públicas

La Junta cuenta con 73 camas para pacientes agudos y prevé abrir otras 30 en Cádiz y La Línea Los colectivos de afectados reclaman más centros de internamiento para una mejor atención

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Lo llaman el mal del mundo desarrollado, se trata de las enfermedades mentales y su repunte fue tal que llegó a mover los cimientos de la Sanidad Pública con una profunda reforma que terminó con los psiquiátricos. Desde entonces se avanza a paso lento. Las enfermedades mentales afectan a casi el 10% de los andaluces y extrapolado a la provincia de Cádiz significa que hay unas 50.000 personas diagnosticadas de alguna afección psicológica.

Ante estas cifras, profesionales y enfermos insisten en la necesidad de incrementar los dispositivos con los que cuenta la Junta. Precisamente esta falta de residencias para enfermos y de plazas de internamiento en los centros públicos hace que el 80% de los pacientes vivan con sus familias, o lo que es lo mismo, cuatro de cada cinco. En países como Suecia, en el que también se han suprimido los psiquiátricos, el índice no supera el 26%.

Actualmente la provincia cuenta con 10 equipos de salud mental de distrito o comunitarios, que sirven de apoyo a la atención primaria y son los que derivan a los enfermos graves a servicios más especializados.

El siguiente escalón son las unidades de salud mental para agudos, en las que se realizan internamientos hospitalarios. El SAS sólo dispone de 73 camas para breves estancias en los hospitales de Puerto Real, Jerez y Algeciras. Es precisamente aquí donde se encuentra el verdadero tapón. Las plazas están desbordadas y la rotación de enfermos es muy intensa, tal como denuncia el catedrático de Salud Mental de la Universidad de Cádiz, José Crespo.

Esta situación provoca que la unidad «pierda su carácter de dispositivo específico de enfermos en crisis», insiste el experto, quien considera se recurre a una «reiterada hospitalización de los mismos pacientes», lo que lleva a un proceso de «manicomialización».

A medida que la atención es más especializada el número de plazas disminuye. De hecho, en Cádiz sólo hay dos unidades de rehabilitación de área y otras dos de estancia diurna, donde el paciente no pernocta.

En cuanto a las comunidades terapéuticas, pensadas para periodos de internamiento medios y largos, funcionan sólo 30 plazas en el Barrio Jarana y Jerez y dos más concertadas para enfermos gaditanos en el Hospital San José de Málaga. «El tratamiento que se ofrece tiene un escaso carácter rehabilitador y éstas son las única camas que acogen a enfermos psicóticos no agudos de los tres distritos provinciales», señala el doctor Crespo. En este sentido, el especialista quiere dejar claro que la reforma psiquiátrica de mediados de los ochenta fue aplaudida por los profesionales, porque los hospitales psiquiátricos «eran una verdadera aberración» pero su desarrollo ha sido «muy insuficiente» y el mayor peso ha recaído sobre las familias.

Precisamente la falta centros específicos obliga a a los familiares a hacerse cargo de estos enfermos, que a lo largo de sus vidas pueden desarrollar brotes psicóticos que hagan necesario el internamiento. Los colectivos de afectados en la provincia como Afemen o Afedu insisten en que se echa de menos la existencia de residencias de larga estancia para los que no puedan ser atendidos por sus familias o necesiten un tratamiento más especializado.

La Fundación Andaluza para la Integración Social del Enfermo Mental (Faisem), ha puesto en funcionamiento 40 camas no residenciales en casas hogares y pisos tutelados financiados por la sanidad pública. Faisem realiza diferentes cursos ocupacionales y facilita el acceso al trabajo de los enfermos, pero la tarea es compleja.

La propia Consejería admite que los medios no son «todo lo que desearíamos», pero insiste en que se ha hecho «un gran esfuerzo» para mejorar este servicio. Para ello la Junta tiene pensado ampliar el número de plazas, pero no antes de la construcción del nuevo hospital gaditano que sustituirá al Puerta del Mar y en el que está previsto la instalación de una unidad específica con 20 camas y otras 10 en La Línea, según avanzó el delegado del ramo, Hipólito García.

La falta de unidad de agudos en el Puerta del Mar, a pesar de ser el hospital de referencia, «es un problema», como reconoce el jefe de la Unidad de Gestión Clínica del centro gaditano, Antonio Trujillo. Los pacientes con problemas más complejos que requieren de internamiento se derivan a la unidad del Clínico de Puerto Real. El refuerzo de camas «mejorará la atención», insiste el doctor Trujillo, que reconoce que hay más acumulaciones de pacientes en épocas puntuales del año como primavera y navidades, pero, en su opinión, «la gestión es aceptable».

Las unidades de Cádiz y San Fernando atendieron en 2007 a casi 7.000 pacientes, según los datos del especialistas. En total fueron en torno a las 31.000 consultas realizadas, de los que 676 fueron a niños menores de 18 años, que se tratan en las Unidades de Salud Mental Infanto-Juvenil (Usmij). En el área de hospitalización se internaron a 612 pacientes, con una estancia media de 14,3 días, mientras que la comunidad terapéutica de Barrio Jarana atendió a 45 usuarios, según la Delegación de Salud de la Junta.

«Estas cifras no han sufrido variación comparado con 2006», insistió el doctor Trujillo, que destaca la labor de los profesionales. «La comunicación entre hospitales es buena y eso nos facilita el trabajo», recalca. Respecto al trabajo de las unidades comunitarias, destaca el aumento de los tratamientos por psicoterapia y su complementación con los fármacos.

emartos@lavozdigital.