Imagen cedida por la oficina de prensa del gobierno israelí que muestra al primer ministro israelí Edhud Olmert ofreciendo una declaración desde su residencia en Jerusalén. /EFE
"no estoy por encima de la Ley"

Olmert dejará su cargo en septiembre por sus problemas con la Justicia tras ser investigado por corrupción

El primer ministro israelí asegura que no se presentará como candidato en las primarias de su partido y que se retirará tan pronto como elijan nuevo líder

MADRID/JERUSALÉN Actualizado: Guardar
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Abrumado por los cargos de corrupción y forzado por su propio partido y sus socios de Gobierno, el primer ministro israelí, Ehud Olmert, ha anunciado que no concurrirá el próximo septiembre a las primarias de su formación, el Kadima, y que dejará su cargo en la jefatura tras esos comicios.

Olmert ha anunciado su decisión en una rueda de prensa en su residencia oficial en Jerusalén. El mandatario israelí se ha mostrado firme en su decisión. Cuando Kadima elija un nuevo líder, él renunciará como primer ministro. Todo para poder "permitirles poner en pie un nuevo Gobierno de manera rápida y efectiva".

El primer ministro ha justificado su renuncia por la actual investigación por cohecho en su contra por haber presuntamente recibido sobres llenos de dinero de un empresario estadounidense en anteriores cargos públicos, aunque ha matizado que en el futuro se probará su inocencia y su nombre quedará limpio de sospecha.

Además, ha aprovechado el momento para defender su labor como gobernante al destacar que, a pesar de las investigaciones a las que está sometido por presuntos delitos de corrupción, ha mejorado la situación en Israel. "Estoy orgulloso de ser el primer ministro de un país que investiga a sus primeros ministros", ha indicado, para matizar a continuación que "el primer ministro no está por encima de la Ley, pero de ninguna manera está por debajo de ella".

Muchas críticas y poco apoyo

Los últimos meses han sido especialmente duros para el político, que en octubre de 2007 anunciaba que padecía cáncer de próstata. Desde que este escándalo salió a la luz el pasado mayo, Olmert ha vivido una auténtica travesía en el desierto, atacado en todos los frentes, incluido el interno. Tanto miembros de su partido -como la titular de Exteriores, Tzipi Livni, que se perfila como favorita en las primarias- como sus socios gubernamentales, principalmente el laborista, le forzaron a elegir entre elecciones anticipadas o primarias.

Consciente de que el Likud de Benjamín Netanyahu es el gran favorito de unos eventuales comicios anticipados, Olmert optó por las primarias, pero su imagen había quedado ya tan dañada que su decisión de hoy ha sorprendido a pocos.

El particular 'vía crucis' de Olmert comenzó precisamente después de que un informe oficial asegurase que había fracasado estrepitosamente en la gestión de esa contienda. La concatenación de investigaciones por corrupción -hasta cinco- sobre sus anteriores cargos como alcalde de Jerusalén y ministro de Industria contribuyeron a cavar su tumba política al crear una imagen de líder corrupto dispuesto a todo por seguir en el cargo, pese a que nunca resultó imputado.

Olmert accedió a la jefatura de Gobierno en enero de 2006, a raíz del derrame cerebral que ha dejado hasta hoy a Ariel Sharon en coma profundo, y dos meses después confirmó su cargo en unas elecciones legislativas.