EXPECTACIÓN. La prensa hizo guradia toda la mañana. / A. V.
Ciudadanos

Un gran despliegue mediático

Decenas de periodistas de toda España esperaron durante toda la mañana la salida de Ricardi, con un despliegue similar al vivido en torno a 'El Solitario'

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Una y otra vez se repetía la misma comparación: la imagen de las cámaras situadas en fila y con sus objetivos apuntando a la puerta, los teléfonos móviles que no cesaban de sonar y los periodistas torrados por un sol que terminó por ser de justicia, recordaba a los más veteranos informadores a otras experiencias informativas muy recientes. «Parece que va a salir Julián Muñoz y que estamos esperando a que venga la Pantoja». Esa misma sensación tenían los funcionarios que salían y entraban en el recinto. Sin embargo había algún despistado que aún no se había enterado del por qué de tanto revuelo en la entrada de su centro de trabajo. «¿Pero a quién esperáis?» LA VOZ ya pudo constatar el jueves que la percepción que existe en Salamanca y en concreto en la cárcel sobre el caso Ricardi es muy distinta a la que se tiene en Cádiz. Para los funcionarios que lo han custodiado desde hace años, lo consideran un preso más, de los que pasan desapercibido y hay muchos que aún les cuesta creer que es inocente mientras que no se anule su condena. El supuesto asesino de la niña Mari Luz y su traslado de prisión o la salida de El Solitario, para ser conducido en presencia del juez eran los antecedentes más recientes que algunos de los periodistas que ayer cubrieron la puesta en libertad de Ricardi les había tocado vivir en otras puertas de entrada a cárceles. El interés que tenían la mayoría de los periodistas que fueron llegando a la entrada de Topas era saber por boca del propio Ricardi, cómo había sido su experiencia en la cárcel sabiendo que era inocente. Pero esas preguntas y otras tantas más se quedaron sin respuesta. De ahí que tras horas de espera, al final, muchos de ellos se quedaron con un sabor agridulce.