Ricardi atiende a la prensa. / A. V.
Ciudadanos

«Sí, confío en la justicia»

Pocas palabras pronunció Rafael Ricardi cuando, pasadas las tres de la tarde, cruzaba la puerta de acceso al recinto penitenciario de Topas, pero en dirección hacia la libertad. Arropado por su letrada y un joven que acompañaba a la abogada, se detuvo para que los fotógrafos y las cámaras de televisión grabaran el instante más esperado en los últimos días. Su rostro no tenía ese rictus de rabia contenida que se le vio cuando semanas atrás compareció ante el juez del número 3 de El Puerto. Ayer sí que tenía motivos para respirar tranquilo. Por fin se materializaba la libertad provisional que el lunes pasado había aprobado la Junta de Tratamiento de la cárcel salmantina.

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La abogada, Antonia Alba, agradeció la paciencia que habían tenido los periodistas, después de una larga espera que había comenzado para algunos a las ocho de la mañana. Y les anunció que en los próximos días convocarán una rueda de prensa para explicar los próximos pasos que van a dar, entre ellos tratar que el Supremo acepte el recurso de revisión que han elevado para revocar el fallo condenatorio que aún pesa sobre el portuense. Sin embargo, el protagonismo de Ricardi no podía diluirse así y los periodistas trataron de arrancarle al menos unas palabras. Las primeras que pronuncia disfrutando de una libertad, aunque por ahora sea condicional. Confesó que no se sentía del todo bien, quizás abrumado por tanto interés mediático. Eso sí, cuando le preguntaron por el tiempo transcurrido en prisión, supo indicar con exactitud los años, meses y días que llevaba entre rejas. «Gracias por todo, estoy bien, pero cansado».

Sin duda, su frase más relevante fue la respuesta que le dio a un periodista que le preguntó por su confianza en el sistema judicial, teniendo en cuenta que fue sentenciado por una violación que nunca cometió, según los últimos resultados obtenidos por el Instituto Nacional de Toxicología. Él, el principal afectado, no habló de injusticias, ni de dobles varas de medir ni tampoco de que la judicatura le hubiera dado la espalda. Muy sereno pero rotundo aseguró: «Sí, confío en la justicia».