EN EL ROSAL. Chico Linares esboza una sonrisa durante una sesión de entrenamientos, en sus primeros días como nuevo segundo entrenador del Cádiz. / ANTONIO VÁZQUEZ
Cádiz C.F.

Chico quiere volver a ser grande

El flamante segundo entrenador del Cádiz rebosa ilusión por su nuevo cargo y asegura que va a poner todo de su parte para, junto a Javi Gracia, formar un equipo sólido y ambicioso

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Chico Linares no se va al Milan. Al menos por el momento. El entrenador gaditano será la mano derecha de Javi Gracia en el Cádiz. Aunque el que avisa no es traidor. Haciendo gala de su habitual humor asegura que «no me voy por ahora, pero espera a que los resultados vayan acompañando, seguro que me llaman y que lo meto arriba».

Bromas aparte, Linares puede aportar mucho a este nuevo Cádiz, puede formar parte del punto de partida de un nuevo proyecto que nace de una profunda renovación, en la que está primando la gente con ilusión y ganas de hacer cosas grandes.

Esa sensación es la que invade a un hombre que confiesa que «estaba loco por volver a sentarme en un banquillo» y que asume su nuevo cargo de segundo entrenador «con mucha ilusión y ganas de formar un buen grupo y ayudar a Javi Gracia en todo lo que esté en mi mano».

La noticia lo cogió por sorpresa, aunque no pecará de novato. Chico ya sabe lo que es saborear las mieles de un ascenso, en el banquillo del filial del Mallorca, al que llevó hasta Segunda División. Sabe de qué va el asunto y nadie mejor que él conoce la idiosincrasia del equipo amarillo y de la ciudad para sacar el máximo partido a la plantilla.

Y para ello, pocos son los secretos. Linares reconoce que será vital formar un buen vestuario «en el que todo el mundo se sienta integrado y esté feliz», y que «todos rememos en la misma dirección». Por este motivo, su talante puede contribuir a formar ese áurea positiva y de optimismo que en los últimos tiempos ha brillado por su ausencia en la casa cadista.

Linares aportará la lupa del buen gaditano, la visión del que vive el cadismo desde dentro, del que lo ha mamado de toda la vida. Vuelve a la que fue su casa como jugador y como entrenador -se sentó en el banco las temporadas 96-97 y 99-00-, después de seis temporadas en blanco. No obstante, asegura que «he estado viendo fútbol y al Cádiz durante todo este tiempo y he podido vivirlo de cerca gracias a los medios de comunicación, que me han dado la oportunidad de seguir ligado al equipo. No hay nada mejor que volver a entrenar en el club de mi ciudad, donde tengo a mi gente y el lugar en el que me he criado».

El resultado no da igual

El flamante fichaje del Cádiz se atiene a los resultados; ese juez que marca los éxitos y los fracasos en el mundo del fútbol. «Todo va a depender de cómo vayan viniendo los resultados, aunque estoy convencido de que Javi va a imprimir carácter a este equipo y va a formar un bloque muy trabajado. Y yo voy a estar a su disposición», comenta el gaditano.

Apenas ha podido trabajar un par de días a las órdenes del nuevo míster, aunque han sido suficientes para darse cuenta de que puede haber una buena sintonía entre los dos. «El trato está siendo fenomenal, es una persona excelente y viene a Cádiz con muchas ganas de hacer cosas buenas», relata Linares.

En estos últimos tiempos, el nuevo segundo técnico cadista ha seguido de cerca los devaneos del primer equipo por la categoría de Plata, aunque también se ha preocupado de vigilar a las jóvenes promesas de la cantera. En este sentido, confirma que hay buena materia prima que pulir, que tienen que poner todo de su parte para ganarse el sitio como cualquier otro.

«Hay muchos que están entrenando con el primer equipo y otros que, aunque no lo están haciendo, tienen posibilidad de que se cuente con ellos. Buenos jugadores hay, pero tienen que trabajar para ganarse el sitio y ponerle ilusión. Mi intención es informar a Javi de los jugadores que conozco y de los que pueda ver para que les eche un vistazo. Si me hace caso, espero que sea una motivación para que los jugadores sepan aprovecharlo», comenta un hombre que sabe que el club también debe mojarse para que la cantera pueda demostrar su valía. «El año pasado debutaron jugadores como Manu Barreiro, Fran, Dani Fornell... y ninguno desentonó. Lo que está claro también es que si los muestras en algunos momentos pero después desaparecen, al final los jugadores terminan perdiéndose».

Linares se ha acoplado a la perfección al equipo en sus primeros días de trabajo. Es consciente de que todavía queda mucho por hacer, pero tiene todos los medios a su alcance y la predisposición necesaria para conseguirlo. Quiere que su nombre quede sellado en la página de la historia de un Cádiz rodeado de grandeza, como ya lo fuera en su etapa como futbolista de Primera División. Aunque reza para que el recurso prospere y que el club permanezca en Segunda, confiesa estar preparado para jugar en Segunda B y ser un equipo puntero y capaz de ilusionar a una afición ávida de alegrías deportivas. Porque Chico, al fin y al cabo, es un hombre que rebosa alegría y buen humor.