La diva incorrecta

Distante, fría y profesional... O tremendamente cercana y confidencial. Así puede llegar a mostrarse Jacqueline Bisset, según cómo le caiga la persona que se siente a su lado. En esta entrevista hubo suerte. Se realizó con nocturnidad, a los postres de una cena en la que se celebraba la clausura de la segunda edición del Festival Internacional de Cine de Ibiza, donde Bisset, a sus espléntidos 63 años, obtuvo el premio a la mejor actriz por Death in love, una dura película de Boaz Yakim en la que intepreta a una mujer en un campo de concentración nazi.

-Una judía que seduce a un nazi... Habrá sido un papel intenso.

-Ha sido una tarea que ha implicado sufrimiento, sí. Y que ha agotado toda mi energía. Pero el trabajo de actriz no es sólo diversión. Y en este caso he aprendido que las cosas que podemos llegar a hacer por amor no siempre son buenas. También está la obsesión. Y la obsesión es negativa.

-¿Esa ha sido la lección?

-Y otras muchas. Por ejemplo, hemos rodado en Nueva York, y he descubierto que no me gusta esa ciudad. No para vivir, desde luego.

-¿Dónde vive?

-En Los Ángeles, pero en una casa con jardín y rodeada de naturaleza. Por cierto, una casa bastante española. Yo, cada día más, necesito la naturaleza para vivir. La gran urbe ya no me va.

-¿Es cierto el tópico de que en Hollywood jubilan a las actrices a los cuarenta?

-No tanto. A mí me siguen llegando papeles interesantes, y también otros que rechazo. La cuestión es adaptarte a papeles para tu edad y no intentar seguir haciendo lo de antes. Yo ahora mismo tengo varios proyectos, entre ellos, una comedia.

-¿Está en un momento interesante de su carrera?

-Espero estar teniendo una vida interesante.

-¿Qué la hace interesante?

-Mmmm... Los hombres de mi vida. Sí, ellos han hecho que mi existencia sea interesante.

-¿Ha dado con su alma gemela?

-Jamás he buscado un alma gemela en un hombre. Al contrario, me gusta la diferencia. Hay algo en la energía masculina que me emociona... Incluso, hay cosas que se consideran machistas y que a mí no me disgustan.

-¿Necesita un hombre a su lado para ser feliz?

-No sé si lo necesito. Pero desde luego me siento mucho mejor cuando tengo pareja.

-Por cierto, creo que detesta la cirugía...

-Je, je... Y lo curioso es que se me acerca gente a decirme que estoy más guapa que nunca. Por supuesto, no es verdad. Pero si ven algo bello en mí tal vez se deba a que, de un tiempo a esta parte, he decidido tomarme la vida con absoluta responsabilidad. Es decir, me siento completamente responsable de lo que digo, de lo que hago y hasta de lo que como. Yo era mucho más puñetera y cotilla hace tiempo. Ya no.