Economia

«Inmigrantes, los necesarios pero con contrato en la mano»

Dice que la inmigración hay que gestionarla y ordenarla con claridad y propugna tolerancia cero hacia los inmigrantes sin papeles. Esa fama de duro que tiene, ese mensaje que siempre ha sonado más en la derecha que en la izquierda, ¿cómo lo podría explicar?

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El fenómeno de la inmigración está ahí y cuando son masivos y rápidos hay que gobernarlos porque no son nunca neutros y, por lo tanto, generan cosas positivas y también nuevos problemas. Nadie va a discutir ahora los beneficios de la inmigración en España. El primero, la ayuda al desarrollo económico, al crecimiento del PIB, y el equilibrio de las cuentas de la Seguridad Social. Pero la segunda cuestión es que la inmigración masiva hay que gobernarla con claridad de ideas. Inmigración, toda la que haga falta, pero regular y legal. No estoy de acuerdo con papeles para todos. En absoluto. El objetivo final es que no haya inmigrantes ilegales en este país. Los que sean necesarios pero con contrato en la mano. Hay que combatir la inmigración ilegal y tomar medidas en esa dirección: control de fronteras y ampliar posiblemente el tiempo de repatriación. Una vez que hay inmigrantes legales en España, forman parte del país. Con sus derechos pero también con sus obligaciones. ¿Qué quiere decir esto? Sobre los derechos parece que no hay que poner mucho el acento porque llegan a un país libre y si alguien intenta vulnerar sus derechos, el Estado actúa para que no se les vulneren. Pero esa persona tiene que asumir obligaciones. Yo dije tolerancia cero, pero te has olvidado que lo dije con las actividades económicas. Yo no tengo por qué ser solidario con una actividad económica. En mi ciudad, no dejaba abrir los domingos a las tiendas de ropa. Alguno me podría preguntar si eso hacía algún mal y le decía que no, pero es que en este país está prohibido que abran, y por qué voy a dejar a ese señor por el hecho de que venga de fuera que incumpla una norma que todos los que estamos aquí la cumplimos. Si no la cumple, le voy a poner una multa que hará que no tenga ganas de abrir más un domingo. Eso es tolerancia cero. Eso pasaba también con los bares: no pueden estar abiertos hasta la hora que usted le de la gana. Esas son las normas que apliqué como alcalde y éste es el discurso que hago también como ministro.

¿Su discurso se aproxima algo al de Berlusconi contra la inmigración ilegal, con detenciones, encarcelamientos y expulsiones masivas?

No, no, porque yo no niego al diferente por ser diferente. Es más, al diferente lo entiendo como un amigo mío, un compañero, un ciudadano o un ser humano como yo. Los puedo entender. Si una persona que no ha vivido en comunidad viene aquí, y tiene que vivir en un piso junto a otras personas, algo desconocido para ella, seguro que no sabe las reglas de funcionamiento de esa comunidad. Pero, una vez aquí, hay normas de convivencia que cumplir para todos.