Cultura

El lobo que se declaró a Caperucita

El amor, el miedo al fracaso y la crisis de la madurez, pilares de la nueva novela del jerezano José Ruiz Mata

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Un matrimonio de mediana edad recuerda sus tiempos mozos en la cama. Él le dice a su esposa: «Mari, ¿te acuerdas cuando nos casamos, que teníamos un coche chungo, vivíamos de alquiler y comíamos mortadela? Eso sí, el sexo era mejor...». A lo que la mujer le espeta con sarcasmo: «Si tanto lo echas de menos Paco, te puedo buscar una muchachita de veinte años y de que tengas lo demás, ya me encargo yo». Según José Ruiz Mata (Jerez, 1954), este chiste que «me contó mi hermano Luis» ilustra perfectamente el tema central de su nueva novela, Indeciso Abril, obra que el escritor jerezano presentó ayer en el marco de la 23 Feria del Libro. La crisis de los 50, el miedo de los hombres a renunciar a su estabilidad ante un nueva pasión, las mentiras consentidas y sobre todo, el miedo al fracaso, son los grandes temas del nuevo trabajo del autor de El hombre que nos acompaña, Semilla de áloe o La mano que aprieta.

«En principio iba a ser una trilogía sobre el fracaso, pero la editorial decidió que fuera un ensayo sobre el fracaso, lo que para mi es mejor, porque no me obliga a hacer las tres partes en el caso de que no funcione bien», bromeó ayer Ruiz Mata tras la presentación de Saulo Ruiz Moreno. El autor jerezano incidió en que «lo más fácil es que se produzca el fracaso», porque tal y como está diseñado el sistema, en él «sólo triunfan los number one». No obstante, hizo especial hincapié en que la idea que subyace se refiere al «fracaso que se produce por el miedo al fracaso».

Para contar esta historia, Ruiz Mata se vale de tres relatos que discurren parejos; por un lado, el del protagonista, un hombre íntegro que «nunca ha roto un plato» y que, abocado a una vida insulsa y monótona junto a su esposa, termina por sucumbir a los encantos de una joven bailaora. «No es autobiográfico», se burló el novelista, sólo son un compendio de «anécdotas que me han ido contando». Otra de estas pequeñas historias, es la de un bailaor que dirige una escuela de flamenco, y que echa a perder su carrera tras quedarse cojo. «Él encierra la clave del libro y toma fuerza al final», recordó Ruiz Mata.

Universo cofrade

En cuanto el tercer eje vertebrador, está vinculado al mundo de las cofradías, ya que el protagonista es miembro de una de ellas. «En la ficción hago ver que el sigma del siglo XXI es la pelea entre el Obispado y los capillitas», hay una ruptura «que me sirve para analizar el mundo cofrade». En este punto, Ruiz Mata rescata una divertida anécdota. «En Jerez se concedió la medalla de oro de la ciudad al Cristo de la Aspiración», lo cual «a mi me parece un poco pretencioso por parte del Ayuntamiento». Al final, como no se le podía entregar a Dios, «¿se lo dieron a una escultura! que ¿acaso tiene capacidad de hacer algo por la ciudad? Pues ahora los nazarenos reclaman la suya».

Anécdotas a parte, según el escritor jerezano, «el libro habla de la mentira y la forma de mentir de los hombres». Así, Ruiz Mata no duda en reivindicar que «en el amor hay que mentir, siempre que el otro lo sepa. Por poner un ejemplo, mi hermano una vez se quedó dormido en el coche y se despertó por la mañana. A su mujer no le podía decir la verdad por lo absurdo, así que tuvo que trabajarse una buena historia». En realidad, Indeciso abril, es un «manual de excusas». Todas ellas, salidas de la boca del personaje principal, le van convirtiendo en un auténtico experto en la materia. «El amor se pierde cuando enseñamos todas nuestras cartas y decimos la verdad», sentenció.

Para terminar, el novelista aseguró que «la mayor declaración de amor de la literatura no es otra que la del lobo a Caperucita», un cuento que en su primera versión rozaba lo pornográfico. «Ella le dice, abuelita, qué ojos más grandes tienes y él contesta es para comerte mejor. Ahí la antropofagia es igual al amor».

alenador@lavozdigital.es