CAMPAÑA. Obama enseña a patinar a su hija en Indiana. / REUTERS
MUNDO

Obama recurre a su familia para volver a despegar

El candidato afroamericano aparece con sus hijas en Indiana en un intento por captar a los seguidores de Hillary

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Una palabra nueva ha aparecido en la agenda de Barack Obama: «Picnic familiar en...» Hamilton, el sábado. Fort Wayne, el domingo. Indiana, un estado 86% blanco con menos graduados universitarios que otras partes del país, es donde se juega otro duelo mortal en las primarias demócratas.

Era una imagen inusual en la campaña del joven senador de Illinois, que hasta ahora había preferido dejar a sus hijas en casa. Malia, de nueve años, y Sasha, de seis, no disfrutan la atención de los focos, según su padre. Su madre prefiere que acudan regularmente al colegio y se metan en la cama a las 9. Este fin de semana fue la primera excepción. Hicieron picnic en los parques de Forest y Headwaters, comieron helado y patinaron en Lafayette e incluso conocieron el hogar de sus antepasados en Kempton.

Allí, una maestra jubilada de 67 años, Annette Noble, recibió con los brazos abiertos a su primo lejano en una granja de campos de maíz donde 30 aldeanos se protegieron con él de los vientos gélidos tras su granero.

Buscando raíces

En la búsqueda por unas raíces que lo conecten con esta América conservadora, el candidato de color se ha encontrado con la casa que construyó su tatarabuelo Jacob Dunham hace 120 años, por parte de madre. Hace dos meses Noble ni siquiera sabía que compartía genes con Obama, pero ahora The Chicago Tribune publica las aventuras de sus antepasados alemanes, degollados por los indios en la vecina Kentucky.

El clima no favoreció los planes silvestres de los candidatos este fin de semana, pero el objetivo de ambos era claro: atacar la base del otro. La demografía de uno de los estados más racistas del país favorece a Clinton: 86% blancos, 52% mujeres y 43% de demócratas conservadores.

Obama ha sido aupado por los negros y quienes ganan más de 75.000 dólares -48.500 euros- al año, pero el salario medio de Indiana es de 45.394 dólares anuales. La etiqueta de elitista que se le ha adjudicado últimamente a este abogado de Harvard que inspira a universitarios e intelectuales no casa bien en las zonas rurales del estado vecino de su feudo de Illinois.

Lo que encaja es la imagen de Hillary Clinton, acompañada de su esposo, su madre y su hija, hablando del precio de la gasolina y la lista de la compra, trasegando unos chupitos de whisky en el bar del pueblo y, el domingo, arropada por un viejo rockero de Indiana en un concierto al aire libre.

Estrella del rock

Clinton también quiere arañar la base de su rival para darle un giro a la contienda. El gancho fue John Mennocampo, el verdadero boss de Indiana, amigo de Bruce Springsteen, Rod Stewart, Billy Joel, Bob Dylan y Neil Young, entre otros. Los pasquines de colores con dibujos de la candidata como si fuera otra estrella de rock se distribuyeron en los bares de copas, los cafés de universitarios y los restaurante de comida sana. Quienes atendieron la llamada soportaron temperaturas gélidas en el parque estatal de White River en Indianápolis, donde Obama espera sacar más votos el martes, junto con el noroeste del estado, que vive a las faldas de Chicago. Ambas zonas urbanas concentran la mayor población de afroamericanos y universidades, su granero de votos que puede representar hasta un 40% del electorado demócrata.

Los dos candidatos van mano a mano en las encuestas y todo es posible, pero cualquier cosa que no sea repartirse un estado para cada uno puede dar un vuelco mortal a la campaña. Justo lo que están esperando los superdelegados para arrojar su sombrero a uno de los dos y cerrar así la herida que desangra al partido.

Indiana no había sentido esta atención desde 1968, cuando Bob Kennedy venció aquí a su competidor demócrata.