HUNDIDOS. Barcos que se fueron a pique por el ciclón. / AFP
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Un ciclón arrasa Myanmar y deja 350 muertos

El ciclón tropical Nagris se ha ensañado con la región sur de Myanmar (antigua Birmania). Su furia se ha cobrado 352 vidas además de arrasar miles de edificios. El Gobierno militar ha tenido que declarar el estado de emergencia.

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La pobreza y deficientes condiciones higiénico-sanitarias que habitualmente azotan a gran parte de la población birmana fueron la madrugada del sábado un mal menor frente a una naturaleza rabiosa. Vientos de entre 190 y 240 kilómetros por hora arrancaron todo lo que encontraban a su paso. Las poblaciones del delta del río Irrawaddy se convirtieron en un juguete en manos del Nagris.

El ciclón de categoría tres pasó por Ayeyawaddy dejando sólo muerte y destrucción. En esta zona perecieron 223 personas antes de que el tornado alcanzara Rangún, la antigua capital birmana, situada a 220 kilómetros. En todo su letal recorrido, el Nagris destruyó casas, cosechas y cualquier elemento que se encontrara en su trayectoria. Sólo en la pequeña isla de pescadores de Haing Gyi los soldados y equipos voluntarios civiles hallaron otras 109 personas muertas.

Ante la grave situación, que amenazaba con empeorar, el general Thira Thura Tin, primer secretario de la Junta Militar, declaró el estado de emergencia en Rangún, Pegu, Irrawaddy y los estados Mon y Karen. Además, las autoridades ordenaron desplegarse al Ejército en las zonas afectadas para ayudar a los damnificados y reparar las averías en la infraestructura básica, y evaluar los daños.

Según las primeras estimaciones oficiales, «tres de cada cuatro edificios de poblaciones situadas en la región del delta del río Irrawaddy han sido dañados o destruidos por el ciclón». En la localidad de Labutta únicamente permanece en pie una cuarta parte de los edificios.

Destrucción en Rangún

Y a pesar de que la población estaba alertada de la llegada del ciclón a Rangún, donde residen cerca de cinco millones de personas, los daños no fueron menores, aunque no hubo que lamentar apenas víctimas. Pero las estructuras sí que sufrieron graves daños. Edificios próximos a la Universidad se desplomaron, mientras las calles permanecían desiertas y se apreciaban numerosos destrozos en todas partes, de acuerdo con las declaraciones de residentes. Los fuertes vientos levantaron los tejados de cientos de casas, tumbaron antenas y arrancaron árboles de las calles de la antigua capital.

El aeropuerto internacional tuvo que ser cerrado a causa de una avería en el sistema de señalización. Siete barcos atracados en los muelles se fueron a pique a causa de las olas de casi 3,5 metros de altura. Y mientras en muchos hogares se empleaban generadores por la falta de electricidad, la compañía estatal de suministro anunció que tardará varias semanas en restablecer el servicio. El ciclón se dirige a Tailandia.