LA CAJA. La mujer atracada ayer a punta de pistola en Puerto Real habla con un policía / E.S.M.
Ciudadanos

Dos hombres atracan un 'super' de Puerto Real a punta de pistola

Los encapuchados apuntaron con el arma en el cuello a la cajera del centro comercial para llevarse el contenido de la caja registradora Los cacos que salieron corriendo con 150 euros, no han sido capturados

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Dos varones atracaron ayer un centro comercial a las afueras de Puerto Real a punta de pistola. A la víctima, una cajera, de unos 30 años, los dos encapuchados la asaltaron cuando acababa de abrir el supermercado. El primero la encañonó por detrás apuntándola al cuello, según contó. El segundo aprovechó entonces para forzarla a vaciar el contenido de la caja registradora. Pasaban pocos minutos de las cinco de la tarde.

«Aparecieron los dos hombres encapuchados; se habían escondido en uno de los pasillos», relató Ángeles a los agentes del Cuerpo Nacional de Policía que acudieron a la calle Castellar. Era temprano. Demasiado para juntar un buen botín ya que a esa hora las cajas están prácticamente vacías. Así que los cacos tuvieron que conformarse con llevarse unos 150 euros. «Es lo que tenemos en la caja a esas horas», relató otra joven cajera. «Estos incidentes empiezan a ser habituales; aprovechan las horas de apertura, cuando estamos pocas, para entrar a robar», relató la joven, en un visible estado de nervios.

El centro, rodeado de parques y casas unifamiliares, recobró la normalidad a las seis de la tarde, y a esa hora los clientes entraban en el supermercado de la cadena Día. Los dos hombres, según las fuentes policiales consultadas «escaparon a pie, corriendo». El Cuerpo Nacional de Policía ayer aún no había conseguido dar con los atracadores. El pasado 27 de febrero hubo otro atraco en un supermercado de la misma cadena, de la calle Sagasta de Puerto Real, también con pistola.

esanmartin@lavozdigital.es «Mientras uno me quitaba el dinero, el otro me apuntaba con la pistola... aquí», decía Ángeles, la cajera atracada Puerto Real, señalándose el cuello. La mujer, de unos 30 años, lo contó apoyada sobre la máquina registradora de la que los atracadores se llevaron el botín. Escasos 150 euros. Ángeles, acabó en el hospital con un ataque de ansiedad.