Los fardos de hachís de esta fotografía pertenecen a un cargamento que fue interceptado y descargado en Cádiz. / ANTONIO VÁZQUEZ
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La fuerte demanda de hachís en Europa obliga a los narcos a introducir más alijos por Cádiz

Los Cuerpos de Seguridad se han incautado de más de 35 toneladas de esta droga desde que comenzó el año

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El negocio del narcotráfico mantiene una constante evolución al ritmo que marca la demanda en el mercado. En los últimos años, el tráfico de hachís en la provincia ha ido decreciendo dentro de sus fronteras, por culpa de la cocaína que gana adeptos, sobre todo entre los consumidores más jóvenes. Pero los traficantes de cannabis, que han visto como esa sustancia va perdiendo interés en zonas españolas claves como el sur de España, tienen en los países del norte y centro de Europa su particular filón. Para llevar hasta allí los cargamentos, la costa de Cádiz sigue siendo pieza fundamental en sus estrategias, ya que es donde se alija en tierra la mercancía y desde donde parte para emprender un largo camino hasta salir de la península.

Esa fuerte demanda que hay en Alemania, Bélgica o la República Checa, por citar algunos casos, obliga a los narcos a garantizar un suministro constante; lo que tiene un efecto directo en el tráfico ilícito en el Estrecho. Así lo han constado las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, que también son conocedoras de cómo la producción de hachís en suelo alauita está a pleno rendimiento, generando toneladas de una droga que encarece su precio conforme se distancia de su lugar de cultivo.

Importante cantidad

Prueba de la intensa actividad que se vive ahora en el tramo costero de la provincia son las numerosas incautaciones que se han realizado desde que comenzó el año. En menos de cuatro meses han sido retiradas del mercado negro más de 35 toneladas de hachís (35.666 kilos). Pero esta cifra sólo es orientativa, ya que en ella no se incluyen las pequeñas intervenciones de drogas que Policía y Guardia Civil realizan en controles rutinarios. Estas toneladas corresponden a los alijos frustrados a pie de playa y a las partidas requisadas a las bandas desmanteladas. Si se hace un repaso a los últimos envíos detectados e intervenidos se comprueba cómo en una misma jornada han llegado a frenarse hasta la entrada de cuatro cargamentos distintos.

La cifra adquiere importancia si se pone en comparación con los últimos datos oficiales sobre el volumen de estupefacientes aprehendido en anteriores años. Esas 35 toneladas intervenidas suponen más del doble del hachís que fue incautado a lo largo de 2006, pese a que aún no se ha cerrado el cuarto mes del año. En 2006 se aprehendieron 62.648 kilos, según queda reflejado en la memoria de la Fiscalía Antidroga de ese ejercicio.

Ese mismo documento, pero correspondiente a 2007, es donde aparecerá el recuento oficial de toneladas retiradas el pasado año, pero aún no ha sido difundido. Por tanto, se desconoce con precisión el dato relativo al último ejercicio. Si bien este periódico publicó en febrero un adelanto de las cifras totales. Según las estadísticas que maneja Interior, en 2007 se incautó a través del Sistema Integral de Vigilancia Exterior 62.257 kilos de droga en el área de influencia del Estrecho. La mayoría la representan los cargamentos de hachís, aunque la utilización que hacen los narcos de las vías de entrada del cannabis para colar cocaína, está equiparando poco a poco las intervenciones de ambas sustancias.

La gran incógnita

Pero la droga requisada no es fiel reflejo de la verdadera envergadura que tiene el narcotráfico. Funcionarios de Vigilancia Aduanera, Policía Nacional y Guardia Civil reconocen que lo incautado es sólo una pequeña parte de la droga que logra burlar con éxito los controles fronterizos y los sistemas de vigilancia como el SIVE. Las investigaciones policiales para desmantelar organizaciones de narcos, y que requieren de meses de seguimientos y de pinchazos telefónicos, demuestran la intensa actividad de estas bandas. No existe una estadística de las toneladas alijadas con éxito por la imposibilidad de acceder a esa información. Pero algunos funcionarios sospechan que requisan menos del 20% de la droga que entra en circulación. Los puertos deportivos, donde la vigilancia policial es escasa, y el intenso tráfico marítimo del Estrecho en el que se camuflan los traficantes son sólo algunas de las causas.

stubio@lavozdigital.es

El precio se multiplica por tres cuando la sustancia llega al extranjero

La rentabilidad del narcotráfico sobrevive a los vaivenes de la demanda. El largo recorrido que tienen que hacer los cargamentos de hachís hasta llegar a los países europeos demandantes requiere una mayor inversión en infraestructura por parte de las organizaciones delictivas, pero estos gastos los compensan con la fuerte revalorización que experimenta la sustancia cuando entra en la red de distribución europea, donde un consumidor llega a pagar el triple del dinero que se gasta el que compra la misma cantidad en suelo gaditano.

El precio oficial -pendiente de actualización- fijado para 2007 por la Oficina Central Nacional de Estupefacientes, dependiente de la Comisaría General de Policía Judicial, es de 4,56 euros para el gramo de hachís, 1.390 euros para el kilo, 10,65 euros para el aceite de hachís y 2.030 euros para el kilo de esta misma variedad, que presenta una fuerte concentración de THC (Delta-9-tetrahidrocannabinol) que es el elemento psicoactivo que provoca los efectos en el consumidor. De ahí que su precio sea más alto.