Los promotores creen que los pisos se abaratarán un 8% este año y elevan a 750.000 los parados por la crisis

Los promotores inmobiliarios creen que los pisos se abaratarán el 8% este año, aunque matizan que una parte de este descenso ya se ha producido. Las rebajas se quedarán ahí, porque el precio prácticamente se estancará o bajará menos que la inflación en 2009 y 2010. Habrá que esperar a que se liquiden las existencias de viviendas por vender -unas 600.000 a finales de este año-, para que futuras promociones salgan al mercado y poder comprobar si los nuevos precios resultan más asequibles para el comprador. Algo poco probable, pero que podría ocurrir si las empresas trasladan el ajuste que ya se está dejando notar en el suelo.

Los grandes del sector -agrupados en Asprima- han revisado a la baja sus expectativas en un nuevo informe que acaban de publicar. Ahora creen que este año se iniciará la construcción de 300.000 viviendas o menos, frente a las más de 600.000 que arrancaron en 2007.

Sobre la base de que un piso da trabajo a dos personas durante dos años, tan fuerte descenso supondrá que se queden sin empleo 760.000 trabajadores en el bienio 2008-2009. De ellos, 310.000 en el primer ejercicio y 450.000 en el segundo. Son cifras que no podrán ser absorbidas por otros sectores, apuntaron. No sería de extrañar que la tasa de desempleo volviera a niveles del 9,5% a finales de año.

La crisis financiera internacional está causando un aterrizaje brusco del sector, que sin ella hubiera podido llevarse a cabo de forma más suave y asimilable, argumentan los promotores. Piensan que el bache -que será profundo en actividad, pero no en precios- se prolongará de dos a tres años, y estiman su impacto negativo en el crecimiento español en más de un punto por ejercicio. Por eso, el Producto Interior Bruto pasará de aumentar el 3,8% en 2007 a un ritmo de expansión que se limitará al 2,3% en el actual ejercicio, hasta quedar en torno al 1,9% en 2009.

Mejor que en 1992

En la presentación del informe, Ángel Berges, consejero delegado de Analistas Financieros Internacionales, defendió que el sector del ladrillo se encuentra ahora en condiciones mucho mejores que las de la crisis de 1992. Lo forman empresas saneadas, que si piden ayudas es porque la solución de los problemas no está en sus manos y el naufragio de la vivienda redundaría en perjuicio de todos, dijo.

Principal demanda de los promotores es que se adopten medidas «para desatascar el sistema financiero global». «No pedimos dinero, estamos sacando a la luz lo que hay», insistió José Manuel Galindo, presidente de Asprima, que salió al paso de las acusaciones de haberse lucrado en tiempos de bonanza para, sin transición, pedir ayudas cuando llegan tiempos difíciles. «El dinero que se ganó no está en las Bahamas; parte ha salido del sector en operaciones corporativas, otra parte se ha reinvertido y transferido a diferentes áreas económicas, lo que supone contribuir a la generación de riqueza», defendió.