DOLORES. Sébire padece un cáncer nasal. / EFE
Sociedad

La justicia francesa niega la eutanasia a una enferma incurable de cáncer de 52 años

La justicia francesa denegó ayer a una paciente aquejada de un doloroso tumor incurable el recurso a la eutanasia activa que había solicitado ante los tribunales como último cartucho antes de marcharse a Suiza para conseguir sus fines.

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La primera demanda de este tipo presentada ante los tribunales chocó con la legislación francesa sobre cuidados paliativos, que data de 2005 y que no reconoce el suicidio asistido, y ha reabierto el debate sobre la legalización de la eutanasia.

El Tribunal de Gran Instancia de Dijon (este) rechazó la demanda de Chantal Sébire, una maestra de 52 años y madre de tres hijos, que había apelado a la «humanidad» de los jueces para poner fin, a través de un tratamiento médico letal, al calvario que le causa el poco común tumor nasal que padece.

El veredicto, que se ajusta a la petición de la Fiscalía durante la vista oral del pasado viernes, establece que la demanda de Sébire se opone al código deontológico médico, y al código penal francés.

El juez recuerda a la paciente que lo máximo que le permite la legislación es que los doctores la mediquen para que caiga en un coma profundo que calme su dolor y, en ese estado, aguarde la muerte.

La sentencia negativa ha provocado la cólera de la Asociación por el Derecho a Morir Dignamente (ADMD), que la considera «una pena de sufrimiento de por vida», mientras que la abogada de Sébire, ha pedido a Sarkozy, que cambie una ley que calificó de «inhumana» y acabe con la «hipocresía».