EN BOXES. Los mecánicos examinan el coche y lo ponen a punto durante la parada.
AUTOMOVILISMO FÓRMULA UNO

Ferrari no se lo cree

La escudería enviará los motores a Italia para analizarlos ante la incertidumbre de las dos roturas en Melbourne con la nueva centralita única de McLaren

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Italia se ha despertado incrédula. Dos Ferrari en la cuneta. Imagen para la videoteca porque de éstas hay pocas en el archivo. La última ha saltado una generación de aficionados. Sucedió en 1992 cuando los prototipos de Ivan Capelli y Jean Alesi no dieron más de sí y emborronaron la impecable cuenta de resultados de la Scudería. En Melbourne el equipo más fiable perdió a sus tripulantes por el campo de golf de Albert Park. Massa y Raikkonen sellaron el peor arranque italiano en los últimos dieciséis años. Pero la incredulidad no deviene sólo por un resultado adverso e inesperado. Un tufo de incertidumbre se levantó ayer en Melbourne al hilo de las nuevas centralitas únicas fabricadas en exclusiva por McLaren para todos los equipos.

El asunto no pasa de ahí. De comentarios en voz baja que han traspasado el boca a boca y han desembocado en cierta incredulidad. El reguero de pólvora recorrió ayer las dependencias australianas para desasosiego de los italianos. La división de software de McLaren fabrica ahora todas las centralitas electrónicas standard que han sustituido a los ordenadores de abordo particulares de los equipos. El negocio es el negocio.

Las centralitas se sortean en cada carrera para que no haya lugar a la sospecha, los pensamientos envenenados y el runrún habitual de maledicencias que circula por el paddock de la Fórmula 1. Es decir, Ferrari llevará en Malasia otra central de datos diferente a la de Australia, como pasará con todas las escuderías. Pero por ser la primera y la novedad, en Ferrari no pasaron ayer por alto el hecho de que haya fallado en sus coches un elemento que distribuye su eterno rival en la pista y encarnizado adversario el año pasado en los juzgados (deportivos y civiles) por el escabroso asunto del espionaje.

La factoría roja enarboló la bandera de la autocrítica en sus declaraciones públicas. «Tenemos la suerte de poder reaccionar rápidamente en Malasia. Necesitamos estar tranquilos, concentrados y ser racionales. Sólo hay que trabajar y entender las cosas que no han ido bien», aseguró su nuevo hombre fuerte, Stefano Domenicalli, el técnico de la casa que después de 246 carreras y 16 años en Maranello ha sustituido a Jean Todt.

Pero al mismo tiempo que hacía un llamamiento a la calma, Domenicalli hablaba de la centralita ECU de McLaren. «Y después de todo está el problema con la nueva centralita con la que podíamos tener problemas.. Como ya habíamos dicho, tenemos que comprender todavía el sistema y cómo integrarlo en nuestro máquina... La escuadra es compacta y determinada. Y responderemos con hechos». La escudería mandará los motores a Italia para examinarlos y averiguar el origen de los fallos.

Raikkonen tuvo un problema con la bomba de la gasolina en la calificación de sábado, su motor se paró y arrancó decimoquinto. Massa se detuvo en la carrera del domingo en la vuelta 30. Y el finlandés consiguió llevar el F2008 a cinco giros de la conclusión.

Suspicacias al margen, Ferrari se ha mostrado durante la pretemporada con bólidos supersónicos, con velocidad y ritmo de carrera pero con problemas de fiabilidad. Sobre todo, en los ensayos de Bahrein. Sin llegar a resultar determinantes entonces, sí que invitaban a tomar su candidatura con cierta cautela.

El jefe de pista de la escuadra, Luca Baldisseri, no se anduvo por las ramas: «Es un comienzo de campeonato desastroso, hay poco que decir. No hemos trabajado bien a ningún nivel y estas son las consecuencias. Sabemos lo importante que es la fiabilidad y en esa faceta estamos muy carentes».