NUEVE PUNTOS. Juan R. ayer con su familia, en el Hospital Puerta del Mar, de Cádiz. / E.S.M.
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«Saltaron al campo de fútbol con las armas bajo las chaquetas»

Juan R., el joven jugador agredido con un palo de golf el domingo relata cómo le golpearon por ayudar a otro de sus compañeros

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Juan R. no recuerda cuál de los cerca de 30 chavales que vio saltar al campo de fútbol el domingo le golpeó con un palo de golf. «Primero fueron a por nuestro compañero Antonio Manuel, el Cani. Yo agarré su brazo para sacarle de allí. Gritaban: 'Vamos a por ellos. A matarles'. Entonces me golpearon fuerte en la cabeza. Después, ya no recuerdo nada», dice Juan aún postrado en una de las habitaciones del Hospital Puerta del Mar, de Cádiz.

Juan, tiene 16 años. Este central del equipo Conil Club de Fútbol acabó con nueve puntos en la cabeza, una fisura en el cráneo y un pequeño coágulo, que le obliga a quedarse otros dos días bajo observación.

Este conileño es el segundo de tres hermanos. El único chico. Tiene la mirada serena bajo unos ojos casi negros.

Estudia cuarto curso de la E.S.O. en el C.P. El Colorado, de Conil; y busca cualquier excusa para dedicarse al deporte. «Si no es el fútbol, es el tenis, si no pádel...», dice su padre Juan, de 42 años, empleado de una empresa de transformación agraria.

Nada que no haga cualquier otro chico de su edad. Y como otros adolescentes, rasca unos ahorros ayudando en el taller de coches de su tío, según cuenta su padre. «Por estos trabajos se saca un dinerillo, igual que cuando tiene tiempo libre me ayuda me ayuda con mi trabajo en el campo», cuenta.

Juan, el chico deportista. El joven corpulento habla pausado y no sonríe, porque le duele «eso», como llama a la herida de 10 centímetros que tiene en el lado izquierdo de la cabeza, y que tanto le tira, si gesticula.

Con ese sosiego cuenta que no duda de que la agresión que sufrieron los jugadores del Conil en el terreno de El Fontanal, de Chiclana fue un ataque organizado. «Entraron en el campo en grupos pequeños por un agujero que abrieron en la parte opuesta a los vestuarios», afirma. A Juan le extrañaba que las gradas de cemento casi vacías fueran llenándose a medida que avanzaba el partido. Así hasta juntarse «unos 30», según recuerda. Los bates, los palos de golf, las cadenas... «las guardan bajo las chaquetas», dice.

A los 20 minutos de la segunda parte sonó el «vamos a por ellos». Los presuntos agresores, de la edad de Juan según recuerda, saltaron, primero a por Antonio Manuel, de 17 años, que sufre contusiones por todo el cuerpo.

Juan está seguro que son chicos de Chiclana, que frecuentan las discotecas de Conil. Aunque no pudo reconocer a ninguno. «Después del golpe no recuerdo nada más».