CONTRIBUYENTES. Delegación de Hacienda en Santander. / EFE
Economia

La presión fiscal crece más de dos puntos y medio en esta legislatura por la inflación

La subida duplica la registrada con el último Gobierno del PP, y supera ya el 36,5% del PIB, si bien aún sigue por debajo de la media de la UE Falta por conocer en qué medida la última rebaja impositiva atenuará la cifra

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La presión fiscal ha crecido más de dos puntos y medio básicos en los tres primeros años de la actual legislatura, con lo que duplica con creces la subida registrada durante el último Ejecutivo dirigido por José María Aznar (2000-2004). Así lo ponen de manifiesto los datos del avance de liquidación presupuestaria de las administraciones públicas publicado ayer que, no obstante, están algo condicionados porque aún no computan los efectos -favorables al contribuyente- de la tercera rebaja en los impuestos de la renta y de sociedades aprobada en la presente década (la primera con José Luís Rodríguez Zapatero en la presidencia), que no se notarán de manera evidente hasta 2008.

Al cierre de 2006, últimas cifras oficiales disponibles, ese esfuerzo impositivo de particulares y empresas se situaba en el 36,52% -aún por debajo de la media en la Unión Europea, establecida en el 40,2%, respecto a la que España se sitúa en el puesto número 13-, si tomamos por tal la relación entre los ingresos impositivos y el PIB, claramente por encima del dato del 34,53% que se registró en 2004, cuando los socialistas llevaban apenas unos meses en el poder tras ganar las elecciones generales de aquella primavera.

Desde entonces, el Gobierno no ha subido los impuestos más allá de la actualización de las tasas y algún incremento parcial en algún sector, como las telecomunicaciones. El problema es que tampoco ha adoptado todas las medidas necesarias para paliar los incrementos fiscales indirectos en aquellos, causados sobre todo por el desvío al alza del Índice de Precios al Consumo (IPC) en ese periodo.

Es cierto que recuperó en parte la deflactación, que consiste en compensar el aumento del coste de las cosas entre los declarantes del impuesto de la renta, pero lo hizo sólo sobre la tarifa y no en las deducciones y otros elementos del IRPF, y tampoco tuvo en cuenta la inflación real (sólo el objetivo comunitario del 2%, que se quedó corto). De cara a 2008, ha extendido los efectos de esa compensación (incluye los mínimos personales y familiares), pero sigue sin considerar la subida efectiva del IPC.

Los contribuyentes, como consecuencia de ello, tuvieron que pagar entre 2004 y 2006 una cifra próxima a los 5.895 millones de más de lo que les hubiera correspondido si la inflación no hubiera crecido casi diez puntos en tasa acumulada en esos tres años, lo que supondría un incremento efectivo de la presión fiscal del 6,3%.

Avance

Según un informe de la Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas), todos los mínimos y deducciones que se aplicaron entonces estuvieron por debajo de las cantidades que les hubieran correspondido para corregir totalmente los efectos de la subida real de los precios. A falta de conocer en qué medida la última rebaja fiscal atenuará la presión que sufren particulares y empresas, esta se incrementó un 0,93% en 2006, ya que el aumento en los recursos tributarios (10,6%) fue casi tres puntos superior al que registró el PIB en términos nominales (7,8%). Si se mide el esfuerzo fiscal acumulado desde 2000, el alza llega a los 3,54 puntos básicos. En el citado avance de liquidación presupuestaria, el Gobierno achaca esas subidas al propio avance económico, que propició tanto un claro dinamismo en los beneficios empresariales como un aumento de la masa salarial.