Las prejubilaciones del colectivo de Delphi centran hoy el debate entre la Junta y los sindicatos

La mesa de seguimiento de Delphi -compuesta por la Junta de Andalucía y los sindicatos que tenían representación en el comité de empresa de la factoría- se reúne hoy en las dependencias de la Consejería de Empleo en Sevilla para llevar a cabo la reunión prevista para el pasado día 12 y que fue aplazada en la víspera. Una de las principales cuestiones que se pondrán sobre el tapete será la de las prejubilaciones.

La Administración autonómica se comprometió en septiembre con los trabajadores a que antes de fin de año se definirían «las medidas sociolaborales para los trabajadores cuya reinserción laboral sea compleja por razones de edad».

Dicho de otro modo, a definir los criterios que se seguirán con aquellos afectados por el cierre para los que sea más factible la prejubilación que la reincorporación al mercado laboral. Fuentes de UGT cifraron hace unas semanas a este periódico que el número de ex trabajadores que se podrían acoger a esta situación podría estar por encima de los 200. La cantidad varía en función de la edad -52 o 54 años- a partir de la que se prejubile a los afectados.

La mesa de seguimiento tratará también la problemática del colectivo de eventuales, que aún esperan un listado definitivo de los pertenecientes a este colectivo que podrán beneficiarse del proceso de formación y recolocación puesto en marcha por la Administración autonómica para paliar los efectos del cierre de la fábrica de componentes de automoción.

Otro tema a tratar será el del reglamento que habrá de regir el proceso formativo y en el que se recogerán los deberes de los ex trabajadores durante el proceso de formación que se inició el 16 de noviembre. Sobre esta cuestión, el que fue secretario de la sección sindical de USO en la planta, Juan José Herrera, señaló que su formación no firmará nada sin antes consultarlo con su asesoría jurídica.

Herrera apuntó que la Junta «nunca» envía un orden del día a las partes, lo que calificó como «poco serio» y explicó que da lugar a reuniones maratonianas porque los sindicatos no pueden llevar nada preparado, dijo el sindicalista.