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Europa ya tiene casa en el espacio

El laboratorio 'Columbus' parte esta noche hacia la ISS en el 'Atlantis' El módulo da derecho al 'viejo continente' a contar con astronautas en la tripulación del complejo

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Todo está preparado en la plataforma 39-A del Centro Espacial Kennedy (Florida) para el despegue esta noche de la misión con la que Europa se convertirá en socio de pleno derecho de la Estación Espacial Internacional (ISS). Si nada lo impide -la probabilidad de mal tiempo se estimaba ayer en el 10%-, el Atlantis partirá a las 22.31 horas con rumbo al complejo orbital, cargado en su bodega con el laboratorio europeo Columbus. «Hasta ahora, estábamos en la estación de invitados. A partir de ahora, tendremos nuestra propia habitación», dijo ayer a este periódico Javier Ventura-Traveset, portavoz de la Agencia Espacial Europea (ESA) en España.

Columbus es la mayor apuesta hecha jamás por Europa en el campo de los vuelos espaciales tripulados. Bautizado en honor a Cristóbal Colón, el módulo empezó a construirse en 1998 y ha costado 850 millones de euros. Esta instalación científica, de 7 metros de longitud y 4,5 de diámetro, será la penúltima gran pieza en acoplarse al complejo orbital multinacional, al que se sumará en abril del año que viene el laboratorio japonés Kibo. El viaje que empieza hoy, de once días de duración, será uno de los últimos del Atlantis antes de la retirada del servicio de la flota de transbordadores en 2010, una vez que esté acabada la ISS.

La misión STS-122 -compuesta por siete astronautas, dos de ellos, europeos- tiene como objetivos unir Columbus a la estación espacial, reemplazar a uno de los astronautas de la tripulación permanente de la ISS e instalar en el exterior del laboratorio de la ESA dos armarios de experimentos. El módulo irá equipado en su viaje inaugural con cuatro de esos armarios en su interior -tiene espacio para diez- y otros dos que quedarán expuestos al vacío. Cada armario -rack, en la jerga espacial- es del tamaño de una cabina telefónica y es un laboratorio completamente autónomo, con sus sistemas de generación de energía, refrigeración, vídeo y comunicaciones con la Tierra. Los cuatro que subirán hoy al espacio dentro de Columbus están dedicados a experimentos con microorganismos, a conocer los efectos en el cuerpo humano de largos periodos en ingravidez y a la física de fluidos. Uno de los dos racks exteriores recopilará durante dos años información sobre la interacción del viento solar con la atmósfera terrestre.

Desarrollo tecnológico

La puesta en órbita de Columbus otorga automáticamente a Europa el 8,3% el tiempo reservado en la ISS a tripulantes no rusos. El francés Léopold Eyharts, que despegará hoy a bordo del Atlantis, se convertirá en el segundo europeo en formar parte de la tripulación permanente de la plataforma. El primero fue el alemán Thomas Reiter a mediados de 2006. A pesar de la escasa presencia de especialistas de la ESA en la estación hasta el momento -la mayoría de las estancias han durado una semana-, los astronautas europeos «han hecho más experimentos que rusos y americanos juntos», asegura Ventura-Traveset.

Columbus tiene sitio para que trabajen al mismo tiempo hasta tres personas. Es el primer laboratorio espacial permanente de la ESA y su vida útil será de diez años, a lo largo de los cuales funcionará sin parar, muchas veces sin la presencia de astronautas. «Hay muchos experimentos automatizados y todo se puede controlar desde tierra». El coste de los experimentos que se hagan en órbita en los próximos años ascenderá a 250 millones, cantidad similar a la que cuesta el lanzamiento de esta noche. «Europa paga esos costes y la parte que le corresponde del mantenimiento de la ISS no en dinero, sino en desarrollo tecnológico, en la construcción de los nodos 2 y 3, y el desarrollo y lanzamiento del primer ATV, la nave de carga automática que se lanzará a comienzos del año que viene».

El ATV -siglas de Vehículo Automatizado de Transferencia- es una nave no tripulada que despegará en el interior de un cohete Ariane 5 y tiene capacidad para transportar 8,5 toneladas de víveres, agua y aire. Este ingenio, de desarrollo totalmente europeo, atracará automáticamente en el complejo y aligerará de trabajo a las Progress rusas hasta 2015, fecha hasta la que en principio está garantizado el funcionamiento de la ISS.

El coste total del complejo espacial -su construcción y mantenimiento- ascenderá al final de su vida útil a unos 100.000 millones de euros gastados a los largo de treinta años. Los socios de la ESA aportarán unos 8.000 millones, el equivalente al precio de un café anual por europeo durante tres décadas. «España -indica el portavoz de la ESA en nuestro país- ha estado en todos los proyectos de la ISS, en cuya construcción han participado ya once empresas de nuestro país». La aportación española al complejo orbital asciende al 2%, aunque nuestro país es el quinto mayor contribuyente a la ESA.