Yolanda, madre de la rehén.
MUNDO

El aspecto de la rehén impacta a su familia

Si la comunidad internacional se sintió ayer aliviada al comprobar que la rehén francolombiana de las FARC, Ingrid Betancourt, sigue con vida, no fue nada comparable a la emoción que embargó a su familia. Sin embargo, el sentimiento se vio rebajado por el estado que presentaba la rehén en el vídeo. Así lo constató Lorenzo Delloye, el menor de los hijos de la ex candidata presidencial, quien aseguró que la alegría que le produjo la prueba de vida de su madre, la primera en más de cuatro años, se disipó en buena medida cuando vio su aspecto en las imágenes difundidas. «Ver a mi madre hasta qué punto está flaca, delgada, rabiosa, y triste me ha impactado. Sabía que no estaba bien, pero no me la imaginaba así», aseguró el joven, de 18 años, que reside en París con su padre y primer marido de la secuestrada, el diplomático galo Fabrice Delloye.

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Presionar a Uribe

El hijo menor de Ingrid Betancourt consideró que las pruebas de vida de su madre se han podido conseguir gracias a la mediación de Chávez, por lo que pidió que se restablezca. «La bola está ahora en el tejado de Uribe, que tiene que darse cuenta de que es necesario el acuerdo humanitario, de que no puede burlarse de la vida de personas que se ve que están sufriendo», afirmó Lorenzo. Convencido de que Uribe «aprovechará cualquier pretexto para que el acuerdo humanitario no se haga», el joven pidió a España, Suiza y, sobre todo, a Francia que incrementen la presión sobre Bogotá.

El actual esposo de la cautiva, Juan Carlos Lecompte, fue al que más sobrecogió la prueba de que su mujer sobrevive. «La vi muy triste, muy flaca. Me partió el corazón cuando la vi, la verdad me rasgó el alma. Esa mirada lo dice todo. No mira a la cámara, mira al suelo y se niega a hablar. Mi teoría es que ella no quiere hacerle el juego a las FARC», enfatizó.