Cultura

El miedo vuelve a llenar las salas

'El orfanato', filme que han visto cuatro millones de espectadores, es sólo la punta del iceberg la industria española quiere revivir gracias a los fantasmas, los zombis y los hombres vendados

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Llevamos oyendo durante todo el año la misma cantinela: el cine español no atrae al público. Sin embargo, una película estrenada en el último trimestre, El orfanato, está codeándose con las más taquilleras de la temporada. Incluso puede acabar el año batiendo récords e imponiéndose a producciones norteamericanas como Piratas del Caribe 2 o Shrek 3. El motivo de ese éxito se debe a que es una película bien escrita, bien interpretada y bien dirigida, pero hay algo más, algo que está en el ambiente, un runrún que circula por el boca a boca: «Vete a verla que pasas miedo.» El género de suspense y terror se prepara para vivir un boom, pues en este caso no es un fenómeno aislado, como ocurrió con algunos filmes de Amenábar, sino que en la cartelera van a coincidir distintas obras que vienen con vitola de éxito. Entre ellas están REC, la última de Jaume Balagueró, codirigida por Paco Plaza; Los crímenes de Oxford, de Álex de la Iglesia, y Los cronocrímenes, el debut de Nacho Vigalondo en el largo que recientemente ha ganado los festivales de Austin (EE UU) y Trieste (Italia). Todas ellas tienen buena factura, en todas se pasa miedo y en algunas más que eso.

«El cine se mueve por modas y por impulsos -comenta Balagueró-. Ahora coincidiremos varias películas hechas en España que, aunque diferentes, tienen un punto mayor o menor de suspense o terror. Es pronto para hablar de una explosión de cine de género, habrá que esperar a ver qué pasa, pero ojalá en nuestro caso tengamos el mismo éxito de El orfanato. Lo que es cierto es que con el miedo uno se siente más vivo». «Somos amigos de Juan Antonio Bayona -tercia Paco Plaza-, todos venimos del mundo del corto, y nos alegramos de lo bien que va su película. Me atrevería a decir que es la mejor que he visto en los últimos meses». «Pero el éxito de El orfanato -dice Balagueró- no garantiza que todas las películas españolas de ese corte vayan a tener el mismo tirón».

Una de miedo

Sin embargo, nos espera un desembarco que no se va a quedar en esta temporada, pues hay otro runrún que circula en el mundillo del cine: «Ahora, cada vez que llamo a una productora para ofrecerles un largo, me preguntan si no tengo una de miedo». Quizá todo sea un efecto retardado de los filmes de Amenábar y del éxito que han tenido en el mercado anglosajón distintas obras de autores como Balagueró.

«Yo aposté por la Fantasy Factory hace muchos años -recuerda Julio Fernández, presidente de Filmax y productor de REC-. En ocasiones tuve que oír algunas risitas irónicas en distintos despachos de televisión. Poca gente creyó en mi proyecto, pero el tiempo creo que me ha dado la razón. Ya es sabido que otras películas nuestras han funcionado muy bien en Estado Unidos. En este caso puedo decir orgulloso que REC se ha vendido a todo el mundo, que en España se estrenó el viernes en 275 salas y que Sony ya ha empezado a rodar un remake».

«En mi caso -reconoce Juan Antonio Bayona, director de El orfanato-, no puede decirse que haya realizado una película de género a propósito. Es más, el guionista, Sergio Sánchez, después de llamar a mil puertas acabó rendido y me pidió que cogiese el relevo. El proyecto empezó siendo pequeño, creció algo más cuando entró Guillermo del Toro y se ha desbordado felizmente después de las buenas críticas en Cannes. Ahora estoy en una nube. Es muy bonito llenar las salas, comprobar que la gente va a ver tu película y que gusta».

Paco Plaza apunta un fenómeno generacional, más allá del thriller, que puede suponer un resurgimiento en las taquillas del cine español. «Pienso que está adentrándose en el largo mucha gente con talento que viene del mundo del corto. Hace años, hubo una generación curtida en el cineclub, y ahora estamos saliendo a la luz una generación curtida en el videoclub. Gente que veíamos un montón pelis alquiladas muy diferentes. Recuerdo que yo devoraba todo, desde Tarkovski a Bergman, pero antes estaba muy mal visto decir lo bueno que era Steven Spielberg, por ejemplo. O sea, que eras un poco tonto si te gustaba el cine comercial. Creo que esta nueva generación está venciendo muchos prejuicios y no nos cortamos en reconocer que hacemos películas pensando en los espectadores». «Yo estoy de acuerdo -apunta Bayona-. Las películas se ruedan para que las vea la gente, no para meterlas en un cajón».

Dijo Calderón de la Barca que la vida es sueño y, Aute, que los sueños cine son. ¿No han tenido ustedes pesadillas con los personajes o las tramas de sus películas? «Yo duermo tranquilo -continúa Bayona-, lo único que me quitaría el sueño sería no poder seguir haciendo cine». «Pese a los personajes terroríficos, Paco y yo lo pasamos genial en el rodaje de REC -asegura Balagueró-... Mi pesadilla más recurrente, y que me atormenta aún, es una en la que estoy haciendo un examen de matemáticas en el colegio. Tengo la mente en blanco y sé que he de empezar, pero me entran ganas de orinar. Entonces pienso que si salgo tal vez no pueda entrar... Eso es terrible». «Yo voy a contar una que no conoce nadie... -confiesa Paca Plaza-. Cada cinco años más o menos sueño que estoy jugando con mis hermanos en una playa de Valencia. Entonces veo un barco vikingo anclado y de él empiezan a desembarcar elefantes... Parece una tontería, pero a mí me produce un miedo horrible».