CONDENADOS. Jaume Roura y Enric Stern, en el banquillo. / REUTERS
ESPAÑA

El juez multa con 2.730 euros a los dos jóvenes que quemaron fotos de los Reyes

«Los independentistas pueden tener las ideas que quieran, pero no atentar a las instituciones», dice la sentencia

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La Audiencia Nacional dejó ayer claro que quemar en público fotografías del Rey es un delito de injurias graves contra la Corona. El titular del Juzgado Central de lo Penal, José María Vázquez Honrubia, condenó a sendas multas de 2.730 euros a Jaume Roura y Enric Stern, los jóvenes independentistas que el pasado 13 de septiembre, encapuchados, prendieron fuego a cuatro retratos de los Reyes, en la Plaza del Vino de Gerona, mientras varios cientos de manifestantes les jaleaban.

El magistrado, que adelantó la sentencia in voce al término del juicio, concluyó que Roura y Stern quemaron las fotografías con «un ánimo evidente, objetivamente injurioso», ya que, con motivo de una visita oficial de Don Juan Carlos a Girona, buscaban «el menosprecio y el descrédito de la Corona como institución básica del Estado». Vázquez Honrubia recordó que el artículo del Código Penal que establece el delito no protege a la persona sino a la institución monárquica porque «tiene la más alta representación del Estado en las relaciones internacionales y porque encarna al Estado».

El juez dijo que no se está ante un uso del derecho a la libertad de expresión, «que tiene sus límites», sino ante una doctrina ya implantada en 1985 por el Tribunal Supremo, con motivo de la destrucción y quema de sendas figuras del Rey en los museos de cera de Madrid y Barcelona.

Pese a todo, Vázquez Honrubia acordó sustituir la pena que iba a imponer a los dos acusados, 15 meses de cárcel, por una multa de 2.730 euros, «en atención a sus situación personal», un estudiante y un parado sin antecedentes penales, y por entender que el ingreso en prisión podía ser contraproducente. «Lo que quiero -explicó el juez con cierto tono didáctico- es que se den cuenta de que pueden tener las ideas que quieran, pero no atacar a las instituciones del Estado».