Endika Zulueta.
ESPAÑA

El desafío de un abogado

Endika Zulueta asumió la defensa de 'El Egipcio' como un reto, porque ningún otro letrado quería el trabajo

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ES una alegría para toda la sociedad española que 'el Egipcio', una persona mediática y socialmente condenada antes del juicio, haya sido declarada inocente». El abogado donostiarra Endika Zulueta no ocultaba su satisfacción a mediodía de ayer, tras conocer que los jueces del 11-M habían absuelto a Osman El Sayed, el acusado al que nadie quería defender.

Una «casualidad» llevó hasta el letrado vasco a quien hasta ayer era considerado como el presunto autor intelectual de la masacre en los trenes de Cercanías de Madrid. Zulueta, defensor de lo que algunos definirían como 'causas perdidas', le conoció mientras se reunía con su cliente, por turno de oficio, Raúl González Peláez, también procesado en este sumario. «Todos los abogados a los que les tocaba el caso de 'El Egipcio' lo rechazaban, y en noviembre de 2006 seguía sin letrado», explicó el propio abogado donostiarra el pasado mes de febrero. Zulueta se tomó este trabajo como un desafío. «Los vascos levantamos piedras, asumimos retos que otros no se atreven a emprender», añadió en aquella entrevista.

Alternativo

Originario del barrio donostiarra de Intxaurrondo, el defensor de Rabei Osman se fue hace 25 años a estudiar Derecho a Madrid, y allí ha desarrollado su carrera. Buena parte de su actividad ha estado vinculada a movimientos alternativos y antiglobalización. Ha defendido a grupos 'okupas' y denunciado de manera activa la aplicación de las nuevas tecnologías al control de los ciudadanos a partir del 11-S. También «por casualidad» intervino en el 'caso Segi', puesto que dice no tener relación alguna con la izquierda abertzale. «Tuve que defender a una joven que había estado vinculada con el grupo feminista 'Egizan' y que vivía en Madrid, pero sin ningún vínculo con Jarrai». A lo largo del juicio, la Fiscalía retiró las acusaciones y su cliente resultó absuelta. Como 'El Egipcio'.

No ha corrido la misma suerte su otro defendido en este caso: González Peláez ha sido condenado a 5 años de cárcel por haber entregado a Emilio Suárez Trahorras la dinamita que estallaría en los trenes.