Economia

El FMI abre su asamblea anual inmersa en un ambiente de crisis

El Fondo Monetario Internacional (FMI) abrió ayer su asamblea anual en Washington en medio de una crisis y con el reto de introducir reformas fundamentales para sobrevivir como institución financiera relevante. Mientras se reúnen los delegados del FMI, el Fondo creado hace 63 años y controlado por las economías más desarrolladas, se encuentra asediado en varios frentes.

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Los países en desarrollo, están irritadas por la desigual representación; mientras el Fondo, cuya misión es promover la estabilidad financiera global, lucha con sus propias finanzas.

Muchos países repagan deudas, algunos se quejan por las estrictas condiciones impuestas. Los solicitantes de créditos ya no recurren tanto al que solía ser el prestamista de último recurso para las economías en problemas. Los potenciales clientes acceden a otras fuentes de crédito en una robusta economía mundial.

Balance

Al igual que el Banco Mundial, su institución hermana integrada por 185 naciones, el FMI está inmerso en un cambio de dirección: el primero por un escándalo de favoritismo y el segundo porque su director gerente, el español Rodrigo Rato, dejará su cargo a fin de mes. La salida de Rato se produce en medio de los críticos cambios que él mismo inició.

Su sucesor, Dominique Strauss-Kahn, un ex ministro socialista de Finanzas de Francia, ha prometido hacer de las reformas el foco de su labor. «Como gerente del Fondo, me parece que Rato no se va a ir con demasiada gloria, ni tampoco grandes críticas», aseguró Claudio Loser, experto de Diálogo Interamericano.

El primer español en encabezar el Fondo anunció en junio su decisión de abandonar el cargo año y medio antes de concluir su mandato de cinco años, por razones personales. Según Loser, ex director del FMI para América Latina, Rato se encontró con dificultades en el seno del Fondo: «Tengo la impresión de que no se apoyó de forma tan intensa en el personal del FMI como lo habían hecho sus antecesores», dijo. «Aquí no se impone como en un ministerio, sino que se negocia», explicó una fuente, que pidió el anonimato, a la hora de explicar la falta de conexión entre los efectivos y el director.

Para Ian Vásquez, del instituto CATO, Rato «entró en el FMI en un momento difícil, en el que era cada vez más obvio que la institución es irrelevante en la economía global». Tres años y medio después, el Fondo «sigue buscando su sitio en la economía mundial», subrayó.

Así las cosas, todos los ojos están puestos en Strauss-Kahn cuando asuma el puesto el 1 de noviembre. La presión se dejaba sentir este fin de semana. Los países en desarrollo, que son mayoría entre los miembros del FMI pero una minoría impotente en su conducción, consideran los anuncios de reformas en la institución como «decepcionantes». El Grupo de los 24 naciones en desarrollo reiteró su llamamientos a disponer de mayor voz y una representación democrática dentro del Fondo. «Una redistribución significativa del poder de votación en favor de los mercados emergentes y de los países en desarrollo como grupo debería ser el objetivo principal de la reforma», dijo el G24, que representa a naciones de América Latina, Asia y África.