El Ibex 35 sube un 0,15% y marca su segundo máximo histórico consecutivo

La Bolsa española consolidó ayer sus ganancias y el Ibex-35 se apuntó su segundo máximo histórico consecutivo al alcanzar los 15.507 puntos. La sesión fue zigzagueante, pero los inversores se decantaron finalmente al apostar por cambios en el sector energético. Que el euro y el petróleo siguieran en niveles próximos a sus máximos no minó su moral.

El clima de optimismo no fue dominante en Europa: el Footsie de Londres cedió 81,5 puntos, equivalentes al 1,23%; el Dax de Francfort retrocedió el 0,47% hasta 7.884,12 puntos, y el CAC 40 de París perdió el 0,46% para quedar en 5.740,48 unidades.

José Luis Rodríguez Zapatero, comentó en Lisboa que los máximos históricos de la Bolsa son buena prueba de que ni las secuelas de las hipotecas basura norteamericanas tienen impacto negativo en España. Aseguró que, entre las principales recetas para combatir las turbulencias están «una mayor transparencia, más supervisión y nuevas reglas donde la UE tiene que jugar un papel fundamental».

Ayer la pujanza correspondió de nuevo a la petrolera Repsol YPF, que repuntó un 3,14% adicional, para cerrar a 27,27 euros. Pese a los desmentidos, los inversores apuestan porque la compañía pueda desprenderse de su participada Gas Natural. En el otro extremo, las mayores pérdidas fueron para el constructor Ferrovial, que cedió un 1,86%. También se estrenó en Bolsa la empresa de juegos Codere, que subió 4,76%.

Apenas hubo variación en los bancos. Santander perdió el 0,07%, al igual que su principal competidor, el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), que ganó un escaso 0,06%. Lo mismo ocurrió con el gigante de las telecomunicaciones, Telefónica, que subió el 0,09%.

El euro mejoró ayer su récord y se situó por encima de la barrera de los 1,43 dólares, horas antes de la cita de los ministros de Finanzas de los siete países más desarrollados del mundo, que están convocados en Washington. En un año, el euro se ha apreciado el 14% en relación al dólar.

Caída del dólar

El dólar cae por la desaceleración de la economía estadounidense y ante las especulaciones sobre la posibilidad de que la Reserva Federal estadounidense (FED), que ya bajó el precio oficial del dinero en su área económica desde el 5,25 a 4,75% en septiembre para socorrer a la economía, pudiera aplicar un nuevo recorte en su próxima reunión del 31 de octubre.

El presidente francés Nicolas Sarkozy reconoció ayer que los países europeos no se ponen de acuerdo sobre la cuestión de un euro fuerte. De hecho, Alemania minimiza el impacto, mientras que Francia e Italia han deplorado los efectos en sus exportaciones. Tampoco parece que a Estados Unidos le inquiete la caída de su moneda. Apoyar oficialmente al dólar significaría de hecho hacer lo contrario que preconiza el G7 respecto a China.

Por otra parte, EE UU tampoco ve con malos ojos la caída del dólar por el momento, ya que le sirve para reequilibrar progresivamente sus déficits, en particular su balanza comercial. Por todas estas razones, los expertos creen que el G7 no abordará un llamamiento a un mayor equilibrio entre las divisas, y también piensan que la FED bajará los tipos el 31 de octubre.

Los precios del petróleo retrocedieron tras haber alcanzado 90,07 dólares en Nueva York -un nuevo récord-, por las inquietudes sobre el abastecimiento mundial. En Londres, el barril de Brent del Mar del Norte para entrega en diciembre valía 83,88 dólares, con descenso de 72 centavos en relación al máximo registrado. En Nueva York el barril de crudo Texas para entrega en noviembre costaba 88,87 dólares, y los contratos registraban un descenso de 60 centavos.