La fábrica de Muñecas Marín cierra
La fábrica de Muñecas Marín cierra
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Adiós a la mítica Fábrica de Muñecas Marín

Azotada por la crisis, la empresa ya había ido reduciendo su personal hasta quedarse con solo cuatro trabajadores antes de su cierre definitivo

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Muñecas Marín de Chiclana cierra. Entre el universo kitsch y la España cañí, la gitana bailaba y bailaba sin cesar con su sonrisa blanqueada y perfecta. Y así decoró televisores, frigoríficos o estanterías a lo largo y ancho del mundo.

Pero de ser el típico souvenir pasará convertirse en una pieza de museo, objeto de codiciado deseo de coleccionistas, porque la fábrica de Muñecas Marín dice adiós.

La mítica empresa chiclanera, muy afectada por la crisis, ha decidido finalmente cerrar sus puertas y acabar con su complicada situación.

Así lo ha confirmado a este medio el gerente Ernesto Marín. El también alcalde de la localidad prefiere no hacer declaraciones, aludiendo a que se trata de «una cuestión personal y de familia».

Sí confirmó que el punto y final de la empresa que fundó su padre José Marín Verdugo ha llegado.

Acuciada por la feroz competencia asiática, la empresa había ido reduciendo su personal y producción en los últimos años. Tanto es así, que ya tan solo conservaba cuatro trabajadores que desde estos días ya no forman parte de la empresa.

Aunque Marín no quiere entrar en valoraciones, sí tilda la situación como «de tristeza y pesar». Todo ello para una empresa que arrancó su andadura en 1928 y se hizo famosa en toda España por la fabricación de figuras flamencas y taurinas.

Todo un referente en el sector de los recuerdos, su imagen ha estado siempre vinculada a la del país, tanto es así que la empresa solía emplear el eslogan 'Souvenirs typical spanish'.

En los últimos años optó por renovar su imagen y lanzar una línea de souvenirs de una línea más moderna con la que intentó recuperar el poderío de un sector ya en decadencia por el empuje de la competencia asiática.

No fue suficiente. Así fue como la empresa fue afrontando diversas reducciones de plantilla. De hecho, desde hacía tiempo la fabricación de productos en la propia fábrica del Polígono Industrial Badenes era prácticamente inexistente. 

Sin embargo, la empresa se mantuvo en estado latente. Mientras, creó un museo en el que se muestra la historia de la marca y de los distintos productos creados desde que José Marín iniciara la andadura de la mítica fábrica por la que trabajaron multitud de chiclaneros

En estos últimos días, Muñecas Marín ha hecho pública ya la situación de la empresa al declararse en concurso de acreedores y oficializar su fin.

Una realidad que se ha dado a conocer por el conflicto con uno de sus trabajadores, Juan Ortega. Después de ser despedido, la empresa fue obligada por el Tribunal Supremo a volverlo a contratar.

Después de hacerlo, volvió a ser despedido tres días después. Aunque el juzgado de lo social de Cádiz volvió a darle la razón, Ortega ya se encontró con que la empresa se había disuelto. 

En cualquier caso, fuentes de la compañía chiclanera sí han confirmado que el Museo Marín continuará su andadura como testimonio de la herencia de José Marín. Queda ahora por saber si lo hará directamente gestionada por los propietarios del espacio o se recurrirá a algún tipo de colaboración de una institución pública para su gestión. 

De una forma o de otra, lo cierto es que la localidad pierde una de las empresas que más contribuyó a dar a conocer el nombre de Chiclana por diversos lugares. El nombre de una ciudad asociado al que fue icono del typical spanish, de toros y flamencas que ya ayer ni sonreían ni bailaban.

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