Algunas de las muñecas que siguen comercializando en la empresa junto con nuevos modelos de resina. :: LA VOZ
VISITAS AL MUSEO DE LAS MUÑECAS MARÍN

Más que orgullo cañí

La fábrica-museo de esta empresa chiclanera ofrece la posibilidad de conocer la historia y curiosidades de uno de los iconos de España

CHICLANA. Actualizado: Guardar
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Encima de un televisor, una estantería, una mesa o incluso un frigorífico. A cualquiera de estos extravagantes espacios los convierte en un improvisado tablao. Mira al frente, sonríe, mano en alto y volantes al vuelo. No serán necesarias más presentaciones para una de las embajadoras más cañís de España. Ha recorrido el globo a lo largo y ancho y ha decorado desde las casas más humildes hasta los platós de televisión más internacionales. Pero todo ese periplo comenzó en Chiclana, concretamente en la fábrica que en 1928 creó Pepe Marín. Las célebres Muñecas Marín, lejos de ser una especie en peligro de extinción, siguen reinventándose como exponente del recuerdo o 'souvenir' más genuino y 'kitsch'. Un modelo de éxito que cuenta con un museo en Chiclana en el que se puede conocer tanto la historia como todos los entresijos de la producción de esta empresa gaditana.

Lo hace además en una apuesta combinada entre el museo y la fábrica con la idea de que el visitante pueda conocer en directo cómo es el proceso creativo de las Muñecas Marín. No es por tanto de extrañar que, pese a la lejanía del centro, el espacio se haya convertido en uno de los reclamos turísticos de la localidad.

Así, en los distintos espacios se exponen piezas curiosas como las muñecas conmemorativas que se hicieron en honor de Lola Flores o de los anteriores Reyes de España. Especialmente atractiva resulta la casa de muñecas que domina la sala en torno a la que se organizan vitrinas y estantes, donde se repasa la evolución de la empresa pero también del que fuera alma y fundador, Pepe Marín. Fue este chiclanero el que creó la empresa en 1928. Lo hizo como forma de encauzar su creatividad artística, volcada durante su juventud en la pintura. Sin embargo, será esta exaltación a la figura de una mujer andaluza que baila, la que se convertirá en canalizador de su éxito.

Tras el paréntesis de la Guerra Civil, la fábrica toma cada vez más protagonismo, a medio camino entre el negocio familiar y una fábrica de importante producción. En estos años, Marín va creando nuevos diseños que abarcan también los trajes regionales de otras zonas españolas y otras líneas de juguetes, aunque siempre con el buque insignia de la flamenca.

A su muerte, la empresa recayó en manos de sus hijos, Ernesto y Ana. La segunda destaca por encargarse de los diseños, labor reconocida con diversos premios. Toda una trayectoria histórica que el museo apoya con las creaciones y diversos documentos como bocetos y diseños o retratos del desaparecido Pepe Marín. A eso se suman las citadas muñecas hechas a mano, esculturas y moldes en unas salas que abren de lunes a viernes en horario de 9.30 a 13.30 horas. El museo ofrece la posibilidad de concertar visitas de grupos a través del correo marin@marindolls.com.

Será la ocasión de conocer el epicentro de uno de los iconos y precursores españoles de eso que hoy llaman 'souvenir'. Recuerdos que la empresa sigue distribuyendo, también con nuevas líneas renovadas, en más de 53 puntos de venta a lo largo de toda España. Y es que nunca una gitana sonriente con ganas de bailar sobre una tele dio tanto de que hablar.