Cartas

Los impuestos de las brujas

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Con los tiempos que corren y con el déficit que padecemos, aquella famosa frase de que 'Hacienda somos todos' cobra nueva actualidad. En nuestro país, la Agencia Tributaria está poniendo en marcha un plan para acabar, o intentar hacerlo, con la economía sumergida, y tomará una serie de medidas al respecto, como el uso de información sobre consumo de energía, la búsqueda de falsos autónomos o el control de actividades profesionales mediante la detección de signos externos de riqueza. Pero siempre existen países que, también en cuestiones recaudatorias, nos toman la delantera y han desarrollado estrategias mucho más imaginativas. Albert Einstein dijo que lo más incomprensible del mundo es el impuesto sobre la renta y, para confirmar las palabras del gran físico, ahí está Rumanía. En un primer momento, el país centroeuropeo decidió cobrar impuestos a brujas, adivinos y clarividentes por ejercer tan ancestral oficio. Nada extraño, sobre todo si se tiene en cuenta que las citadas profesiones tienen, al parecer, una profunda raigambre en la zona; extendidos rumores afirman que la propia selección de futbol contrató a una bruja para que ayudase a vencer a los equipos rivales. Cierto que la nueva Ley se retrasó un poco ante las amenazas de los afectados de lanzar maleficios contra el gobierno pero, una vez que todo el mundo es consciente de que las brujas también deben pagar sus impuestos y de que las amenazas maléficas no tienen ningún poder para contrarrestar las imposiciones del FMI, toca ahora darle a la normativa el toque de calidad pertinente, algo imprescindible en cualquier país que se precie de moderno. Esto es, la iniciativa de una nueva propuesta de ley que amenaza con multas, o incluso con cárcel, si las predicciones no resultan ciertas. La prensa rumana discute si, en el caso de que la propuesta prospere, las facturas correspondientes deberán incluir algún tipo de certificado de garantía. No sabemos que pasará finalmente en la tierra del conde Drácula con los impuestos de las brujas, pero no es mala idea el extender al resto de los países, incluido el nuestro, lo de las multas cuando en alguna profesión no se acierta con las predicciones y estimaciones correspondientes. Por cierto, ¿quién aseguró que no íbamos a tener crisis?