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El hundimiento de Andalucía

Al PSOE ya solo le queda aferrarse a sus mejores liderazgos; pero en el granero andaluz hay un vacío

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El socialismo andaluz se desmorona, amenazando con arrastrar a todo el socialismo. Cada nueva encuesta tiene, en las entrañas del partido, el efecto de un explosivo barrenado. Como sucede con la voladura de cualquier macroestructura, los primeros impactos son poco visibles pero las grietas van resquebrajando la médula hasta un punto de no retorno. Esa es la realidad que refleja el último dato demoledor del centro andaluz de investigaciones sociológicas: el PP toma ventaja de casi diez puntos. Este hundimiento puede parecer inverosímil en un partido hegemónico durante décadas -veinte puntos en media legislatura desde la mayoría absoluta a la minoría absoluta- pero es algo que llevaba tiempo larvándose silenciosamente. Las estructuras pesadas tardan en fracturar, pero son irrecuperables una vez que pierden su equilibrio. Y la catástrofe para el socialismo andaluz ya despuntaba cuando Ferraz ordenó salir a Chaves. Cada lista del paro hasta superar la cota del millón, cada Informe Pisa retratando el fracaso decepcionante de un discurso posibilista, cada ranking en el furgón de cola, es un golpe más a esa organización que ya ni siquiera puede sostenerse en la debilitada marca PSOE. El valor del 'branding', según Tom Peters, el gurú de Stanford, necesita credibilidad además de singularidad. Ahí está el tumor.

Las encuestas para las municipales de mayo delatan ese plus de penalización por la marca. Al PSOE ya solo le queda aferrase a sus mejores liderazgos; pero en el granero andaluz hay un vacío. Griñán, que se empeña en ir de Pepe como si eso le conectara con el pueblo llano, parece autista mientras a su alrededor hay un colapso. Desde su discurso regeneracionista de investidura, nunca ha ejercido un nuevo liderazgo, pero además ha perdido el viejo. De hecho está casi desaparecido, o al menos invisible. ¿Cómo es posible que el presidente carezca de algo tan elemental como una agenda política de alta visibilidad? Solo hay una respuesta: la mediocridad de sus asesores desde el adiós de Zarrías, el todopoderoso Rasputín de Jaén, liquidando su temible maquinaria de propaganda como un trasto herrumbroso. El presidente está 'kaputt' mientras Javier Arenas pasa el fin de semana en la carretera, y presume del récord de kilómetros recorridos trabajándose la elección. Puede parecer bobo, pero es una unidad de medida. Ha mimetizado el modelo Bono, con los fines de semana en autobús de pueblo en pueblo, y en cambio es fácil percibir al presidente Griñán ausente de la realidad, con el aire 'nonchalante' del intelectual en la torre de marfil, encerrado oyendo ópera mientras el poder se está desmoronando a su alrededor como Pompeya en los grabados de Piranesi.