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LA FP UNA APUESTA DE FUTURO

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Tradicionalmente, la Formación Profesional se ha considerado socialmente como la opción para los estudiantes que no están capacitados para ir a la universidad. Pero esta consideración es injusta; ha desprestigiado y puede seguir desprestigiando a una etapa del sistema educativo que capacita profesionales imprescindibles para el sistema productivo. La realidad es que existen indicios de que algo está cambiando. Cada curso escolar se matriculan más alumnos y alumnas en los distintos ciclos formativos que configuran una amplia oferta formativa profesionalizadora. Quisiera destacar, entre otros aspectos, dos que quizás sean motores del creciente prestigio de la Formación Profesional. Uno de ellos se refiere a que las cifras preocupantes del tan traído y llevado «fracaso escolar» que afecta al sistema educativo.

Cuando hablamos de FP la realidad es que un alto porcentaje del alumnado que se matricula en FP obtiene la titulación correspondiente y en un período de tiempo razonable encuentra trabajo, la mayoría de las veces en las empresas donde realizaron las prácticas (FCT).

El otro aspecto a destacar como motor de ese cambio es la gran labor del profesorado de FP. No podría expresar esta idea mejor que citando al profesor de Secundaria y poeta Manuel Bernal Romero, que fue alumno de FP: «La distancia ayuda a comprender todavía más el favor que nos hicieron aquellos profesores y maestros de taller que con su trabajo diario, nos ayudaron, además de a ser mejores personas, a realizarnos profesionalmente. Nunca olvidaré el espíritu de aquellas clases en las que, a pesar de que muchos renegábamos hasta del pan y la sal, aquel y ahora entrañable profesor, con su insistencia, como la soga de cáñamo que termina horadando la ruda piedra del brocal de un pozo, fue consiguiendo cosas de nosotros, sin cansarse nunca de demostrarnos que detrás de cada explicación siempre estaban su experiencia, la vida y la profesión en la que un poco sin saber por qué, nos habíamos colado desde nuestra resistencia juvenil a casi todo».

Naturalmente, aún quedan cosas por hacer, pero no cabe duda de que, tras la dignificación que la Logse supuso para estos estudios, estamos en el camino.