LA ROTONDA

La capital gana metros

Recuerdan ese mail que circulaba hace poco por internet sobre un detective vasco que venía a Cádiz a investigar un caso y le iban liando con los nombres de los sitios? Cuando llegó le dijeron que no estaba en Cádiz, sino en Puerta Tierra. Quería ir al muelle y le mandaron a El Puerto. Le decían que fuera a la plaza de toros y allí no había más que un parque...

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Pues bien, en breve va a poder añadir más anécdotas como estas a la historieta, porque la ciudad va a dar un cambio importante en varias zonas. Cuando pregunte por un centro de ocio, le dirán que se vaya a los depósitos de Tabacalera. Si pregunta por los pisos nuevos de la Avenida, le dirán que se vaya al hospital Puerta del Mar. Y si lo que quiere es saber dónde está la Facultad de Medicina, lo mismo le siguen mandando a la Plaza del Falla, en lugar de a Loreto. Incluso si lo que busca son los juzgados, es probable que le mandan a San José o a la Cuesta de la Calesas en vez de a La Institución, en San Severiano.

Sin duda, la noticia del nuevo uso que se le va a dar a los depósitos de tabaco es excelente para la ciudad. Permitirá que la Facultad de Medicina esté puerta con puerta con el hospital, que para eso es universitario, y no cada uno en una punta. Además dotará ¿por fin! a Extramuros de una zona cultural de la que de momento carece. Y permitirá por otro lado construir viviendas allí y en el solar que actualmente ocupa el Puerta del Mar. Lo que vaya a hacer la UCA con la actual Facultad de Medicina aún está por ver.

No es de extrañar la felicidad de la alcaldesa el pasado jueves cuando anunció el anhelado acuerdo con Altadis. Dicen que casi se echa a llorar de la emoción. Y no es para menos, porque desde la obtención de los terrenos ociosos de Astilleros, no se había producido una noticia semejante en lo que a obtención de suelo se refiere. 40.000 metros cuadrados para uso y disfrute de todos y no para acumular allí cartones de Ducados o de Farias.

AYUNTAMIENTOS OPACOS

Dictaba esta semana un informe elaborado por la organización Transparencia Internacional España que los ayuntamientos de la Bahía de Cádiz no destacan precisamente por su claridad al informar a los contribuyentes sobre los pasos que se van dando a la hora de gestionar el dinero público. El de Cádiz aprobaba por los pelos, pero los de El Puerto, San Fernando y Chiclana suspendían. La noticia, que para muchos no deja de ser una anécdota, es ciertamente preocupante. Un Ayuntamiento no sólo está obligado a invertir de la mejor manera posible el dinero público, sino que sobre todo tiene el deber de justificar desde el primer al último euro que gasta. Es de suponer que ante Hacienda lo harán, pero lo que es de cara al ciudadano, prácticamente ninguno lo hace, lo que da pie a que cualquiera pueda sospechar que hay algo que ocultar.

MÁS QUISCOS POLÉMICOS

Hace un par de veranos, el Gran Wyoming, Pablo Carbonell, Pilar Bardem y algún que otro integrante más de la farándula española se manifestaron en Los Caños para que no tiraran un chiringuito en el que se tomaban sus caballitas asadas con piriñaca y sus tintitos de verano. Creo que hasta leyeron un comunicado. Fue una especie de entrenamiento para cuando tuvieran que hacerlo por temas de verdadero calado, como el Prestige, la guerra y todo eso.

Ahora, en Cádiz, ocurre justo al contrario. La gente se está echando a la calle para que no construyan más chiringuitos. Ni en Santa María del Mar ni en La Caleta. Aquí no queremos tinglados que nos impidan ver la playa. Un asunto en principio menor pero que sigue levantando polémica en una ciudad en la que parece que ganar un partido de fútbol en los despachos o contemplar las olas desde un poyete son los únicos problemas por los que protestar. Al menos de forma pública y masiva.

REHABILITACIONES PARADAS

Porque esos son problemillas, pamplinas de la Plaza Mina, en comparación con lo que tienen encima cada vez más vecinos del casco histórico de la ciudad con la presentación de concurso de acreedores -la quiebra de toda la vida- de las empresas constructoras. Sólo en esta última semana decenas de familias han visto cómo la construcción o rehabilitación de sus respectivas casas se han parado. Y se ven en la tesitura de tener que seguir de realojo mientras se busca una solución que tardará demasiado tiempo en llegar.