PAN Y CIRCO

Menuda pareja

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ngelmari y Luisito son dos elementos que ya pueden respirar tranquilos hasta el próximo verano con la clasificación de España, como líder de su grupo, para la Eurocopa. A pesar del mayoritario rechazo que provoca la pareja, ellos siguen a lo suyo y a ver quién es el guapo que les tose, pese a protagonizar un mandato aderezado con los mayores desmanes que se recuerdan desde los tiempos de Pablo Porta. Para no andarnos por las ramas, digamos con pelos y señales que el lodazal en el que anda metido el fútbol español es una dictadura pura y dura. Angelmari es al balompié lo que Hugo Chávez a la política internacional. El que nos resulta más cercano cuenta con la ventaja de que El Rey no le va a mandar a callar porque para eso son compañeros de palco y canapés cuando coinciden en algún estadio. Angelmari es admirado por su cohorte de pelotas y fieles porque le ven como un quijote del siglo XXI, incomprendido por el resto de los mortales y que confunde con molinos de viento a todos cuantos le rodean. No existe imagen más triste en nuestro deporte que ver su patética figura puro en boca, hablando poco y diciendo nada cuando alguien no tiene otra cosa que hacer y le acerca un micro. Angelmari -igual que su idolatrado Chávez- ansía eternizarse en su trono con la excusa de lograr que España sea sede del Mundial 2014. En cambio, Luisito, viendo lo revuelto que anda el patio y que la sombra de Raúl es alargada, aboga por la teoría del yogurt y ha puesto fecha de caducidad a su esperpéntica etapa como seleccionador. Después de la cita centroeuropea se va nuestro particular Fernán Gómez (descanse en paz) y lo digo por la amabilidad, simpatía y buen humor que derrocha; cualidades que Angelmari tampoco incluye en su vocabulario. Al fin y al cabo a ambos les importa un pimiento todo cuanto se escribe sobre ellos que para eso vamos a arrasar en la cita europea.