Un desfile de estreno

Fue el estreno de Felipe VI en el Día de la Fiesta Nacional. Su primer 12 de octubre como jefe supremo de las Fuerzas Armadas. Ataviado con el traje de capitán general del Ejército del Aire, en honor al 75 aniversario de la institución, el Rey presidió de pie el desfile militar desde la tribuna central, situada en la plaza de Neptuno de Madrid. En segunda línea le acompañaron doña Letizia y sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, quienes también se estrenaron.

Aunque la lluvia estuvo a punto de entorpecer el desarrollo del acto -el agua solo descargó minutos antes de la llegada de la Familia Real, a las 11.10 de la mañana-, la sensación general es que el intento de recuperar la entidad de una ceremonia venida a menos en los últimos años por la austeridad obtuvo el aprobado.

Marcharon a pie 3.000 militares, 400 más que el pasado año y por vez primera desfiló la bandera de Marruecos. Circularon 43 vehículos no blindados y 34 aeronaves de los tres ejércitos y de la fuerza aérea italiana, cuando los dos últimos años, por las circunstancia sobrevenidas por la crisis, no hubo desfile aéreo. Uno de los puntos fuertes tanto para el público asistente como para los espectadores desde sus casas.

El hecho objetivo es el económico. El acto tuvo un coste estimado de 800.000 euros. Una partida superior a la de 2013 (750.000) y similar a 2012 (820.000), aunque este año no se incluyó en la factura la exhibición aérea que el sábado tuvo lugar en la base de Torrejón de Ardoz (Madrid), con motivo del aniversario del Ejército del Aire y cuyo presupuesto se computará como horas anuales de vuelo.

Una muestra, dicho sea de paso, que tuvo tal acogida que la autovía del Nordeste, la A-2, estuvo atascada toda la mañana del sábado a su paso por esta localidad. Se estima que acudieron 200.000 personas.

Detalles

Los Reyes accedieron al paseo del Prado pasadas las 11.10 horas a bordo de un Rolls Royce de la Casa Real. Tras él viajaban las niñas. En la tribuna presidencial les esperaban el presidente Mariano Rajoy, que llegó sin su esposa, los presidentes del Congreso y Senado, todos los ministros salvo Luis de Guindos, de viaje en Washington, y autoridades nacionales, autonómicas -a excepción de los presidentes de Cataluña, País Vasco y Asturias- y locales. También se estrenó el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, a quien se le vio charlar de forma animada con el portavoz del PP Alfonso Alonso.

La ceremonia, en suma, transcurrió sin novedades. El homenaje a la bandera nacional y a los que dieron su vida por España, el recuperado desfile aéreo y la marcha terrestre. Una hora de acto que transcurrió desde el paseo del Prado hasta la plaza de Colón, en cuyas aceras del arcén derecho se agolpaba el público, entre el que se encontraban muchos familiares de los militares. No obstante, la amenaza de lluvia también afectó a la asistencia, según comentaban los organizadores.

Como es habitual, dos unidades fueron las más aplaudidas. La Legión, con su marcha específica de 160 pasos por minuto encabezados por su simbólico carnero, que no cabra, de nombre 'Paco', y un grupo de Regulares de Ceuta, que les siguieron en el orden del desfile a un ritmo de 90 pasos por minuto. Un contraste muy llamativo.