ANDALUCÍA EN EL CATORCE

MAÍLLO Y DÍAZ TIENEN UNA CITA

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L A tensión contenida entre PSOE e IU, socios de gobierno en la Junta, vivió esta semana un episodio que podría confundir y traer a engaño. Me refiero a la propuesta de IU para meter presión fiscal a los ricos (pasivos y activos). El PSOE la rechazó y votó con el PP, lo que ha sido interpretado como una muestra de distanciamiento entre los socios de gobierno. Nada de eso. Hay como otras veces un intento de IU de marcar diferencias con el PSOE solo pensando en votos. Ahora más, cara a las elecciones europeas. IU trata de esta forma de ahuyentar el fantasma de la abducción que borró del mapa político al PA. Pero PSOE e IU mantienen su plan de coalición a largo plazo. Y no solo hasta las elecciones autonómicas.

La aparición de Antonio Maíllo y Susana Díaz como líderes de IU y PSOE tras el verano hizo dudar de este pronóstico. No solo no había química entre ellos como la hubo entre Griñán y Valderas. Los dos han buscado evitarse en público para que sus respectivos protagonismos no se contaminaran. Contribuyó a ello el que Maíllo no esté en el Parlamento y tampoco sea miembro del Gobierno. El comienzo de la relación tampoco fue buena. Tuvieron un altercado por los Presupuestos de este año que fomentó la desconfianza.

Siete meses después de que Susana Díaz sea presidenta y nueve desde que Maíllo es coordinador de IU CA no ha habido aún ninguna reunión pública de los dos, aunque sí se hablen y se vean para cuestiones puntuales. Después de todo ese tiempo, para la opinión pública el referente de IU en Andalucía sigue siendo Diego Valderas.

Esta estrategia de alejarse de Díaz y del Gobierno a quien ha perjudicado sobre todo es a Maíllo. Su conocimiento por los ciudadanos apenas supera el 25%. Un gran inconveniente para un dirigente que aspira a ser candidato de IU en las próximas elecciones autonómicas.

La aparición en el ruedo político andaluz de Juanma Moreno como líder del PP ha hecho reflexionar a Maíllo, pero también a Díaz. Al PSOE no le interesa que IU se debilite si quiere seguir gobernando en la Junta. Volver a la mayoría absoluta es casi utópico. También se prevé que UPyD entre en el Parlamento, lo que haría contar al PP con un aliado para gobernar.

Por ello hay cambio de estrategia. Maíllo y Díaz preparan una entrevista con luz y taquígrafos. ¿Para cuándo? Parece que están en ello, aunque los dos guardan mutismo con secretismo de enamorados en la primera cita. Lo lógico es que sea en torno al segundo aniversario del pacto de Gobierno, en la primera semana de mayo, con la idea de escenificar que acuerdan meter el turbo a una gestión ralentizada como bien denuncia Moreno. Pero en mayo son las europeas e IU, como he referido al principio, huye de verse contaminada por el PSOE.

Mientras buscan fecha, Maíllo quiere también implicarse más en el día a día de las decisiones del Gobierno. Ha sustituido al secretario del PCA, José Manuel Mariscal, en el comité de enlace PSOE-IU. Pero hay algo más. Maíllo siempre rechazó entrar en el Gobierno, pero sin duda que con esta opción se garantizaría un trampolín para mejorar su conocimiento por la opinión pública y una implicación más directa en las decisiones.

Si IU quiere de verdad que sea Maíllo el candidato, no tendrá más remedio que sopesar esta posibilidad. Ahora bien, ¿cómo hacerlo sin dañar a Valderas? A fin de cuentas es quien ha llevado a Izquierda Unida a su mejor momento en Andalucía. Aquí hay un dilema.